
El pasado miércoles, 10 de diciembre, se celebró el conversatorio “Aprendizajes en movimiento para descolonizar la conservación”, como parte de la comunidad de aprendizaje Territorios Vivos. El evento reunió a lideresas y especialistas de la conservación de Chile, Ecuador y Puerto Rico entre las que se encuentran mujeres de los pueblos Selk’nam, Kichwa de Sarayaku y Borikén, quienes compartieron caminos, desafíos y aprendizajes sobre la conservación ecológica y los derechos de la naturaleza.
A manera de introducción, Camila Marambio, codirectora de Cultura Ecológica de Para la Naturaleza, explicó que Territorios Vivos trabaja en nuevos modelos de conservación y modos de hacer para descolonizar la conservación, haciendo énfasis en que dichos procesos requieren tiempo para generar confianza entre las personas envueltas.
El encuentro con el público fue moderado por Antonieta Eguren, encargada de Dimensión Humana de WCS Chile, quién inició el conversatorio explicando que la comunidad de aprendizaje se estructuró a partir de cinco encuentros virtuales y uno presencial, cuyo objetivo no ha sido solo conectar a estas mujeres, sino preguntarse cuáles son las condiciones que permiten que los Derechos de la Naturaleza y los derechos de los pueblos indígenas se materialicen. Durante varias rondas de discusión, las participantes compartieron sus experiencias, visiones y deseos, hilvanando la discusión mediante paralelismos que condujeron el diálogo a través de sus aprendizajes y los hallazgos surgidos en el camino.
Melissa Carmody, directora del Parque Karukinka custodiado por WCS Chile, explicó que la organización administra el parque desde hace 20 años y que uno de los mayores retos ha sido reconocer que dicho espacio contiene el territorio ancestral del pueblo Selk’nam, declarado extinto académicamente tras el genocidio. Carmody recordó cuando en 2018 conoció a Hema’ny Molina. Ese encuentro transformó su enfoque hacia una conservación basada no en asumir un rol de propietarios, sino de custodios: “El objetivo no es ser dueños, sino garantizar que la naturaleza permanezca”.
Sobre esto, Hema’ny Molina, del pueblo Selk’nam y la Comunidad Covadonga Ona, relató el proceso de reemergencia de su pueblo el cual fue declarado inexistente. “Somos un pueblo que reemergió de las cenizas”. Añadiendo que, a pesar de que el pueblo Selk’nam recibió reconocimiento formal por parte del gobierno de Chile hace dos años, aún sus integrantes no poseen un documento legal de calidad indígena por trabas administrativas. Molina reconoció que la relación inicial con WCS estuvo marcada por tensiones: “Eran propietarios de un territorio ancestral nuestro”, pero mediante diálogo y reciprocidad han logrado construir confianza, estableciendo espacios dentro de Karukinka exclusivo para el uso de la comunidad Selk’nam. “La conservación no puede hacerse sin los seres humanos, sin la conservación cultural. Los pueblos originarios tienen una solución”.
Natalia Greene, cofundadora de la Alianza Global por los Derechos de la Naturaleza, afirmó que la defensa de la naturaleza surge de una relación íntima con esta. Relató su experiencia con líderes maoríes en Aotearoa, Nueva Zelanda, compartiendo que la conservación en estos espacios surge de un entendimiento de inseparabilidad entre las personas y el territorio que habitan. “Proteges el río porque sientes que eres del río”.
“No podemos dejar de vivir entendiendo la urgencia. Existe una policrisis,” comentó Greene, añadiendo que debemos apostar a asumir la incomodidad como necesaria para generar cambio. No obstante, defendió la importancia de llevar un mensaje de esperanza, subrayando la importancia de abrirnos a saberes que vienen de afuera de la academia: “La ciencia no viene solo de las universidades, sino de las comunidades. La comunidad es perita”.
Las conferencistas, además, abordaron la importancia de la activación y acción individual como parte de un camino compartido y de esfuerzos multigeneracionales, la construcción de confianza entre personas, instituciones y espacios comunitarios.
Camila Marambio dió fin al conversatorio destacando que tanto Territorios Vivos como el espacio institucional de Para la Naturaleza son esfuerzos continuos que activamente se están descolonizando. Expresó su deseo de que el modelo siga creciendo como “una casa de herramientas” que permita a cada comunidad construir sus propios procesos de aprendizaje y conservación.