Artistas con capacidades diferentes buscan inspiración en la naturaleza fueguina
El sábado 4 de noviembre un grupo de integrantes de la agrupación Manos de Hermanos cruzó el Estrecho de Magallanes rumbo al Parque Karukinka en Tierra del Fuego. La experiencia de tres días en la naturaleza fueguina buscó aportar al sello local de sus artesanías y mejorar su independencia, su autonomía y hábitos de convivencia con sus pares.
Ahondando en una larga relación entre este taller de trabajo protegido y la Wildlife Conservation Society (WCS) a través de charlas didácticas sobre la biodiversidad local, Manos de Hermanos se propuso llegar a Karukinka, para lo cual postuló a un Fondo Nacional de Desarrollo Regional en el ámbito Social.
“Nos sumamos a su proyecto con entusiasmo, porque Karukinka es tierra de todos y para todos, e inspira de alguna u otra forma a todos quienes la visitan”, comentó Belén Guarda, coordinadora del programa de Educación para la Conservación de WCS Chile.
El grupo de personas estuvo conformado por 15 adultos en situación de discapacidad intelectual, dos técnicos en educación diferencial, dos expertos en aves, la directora de la Agrupación, Patricia González y la bióloga marina Belén Guarda, de WCS. Las actividades buscaron provocar sensaciones y emociones ante la maravillosa naturaleza que domina este territorio.
Al arribar a Porvenir el grupo visitó gratuitamente el Museo Municipal. Luego, gracias a la gentileza del Parque Pingüino Rey, los artesanos pudieron por primera vez ver y escuchar decenas de pingüinos rey, los mismos que retratan en sus manualidades.
Continuando por la ruta Y-85 al sur de las tierras fueguinas, se vislumbró por fin el refugio Vicuña del Parque Karukinka. La cálida recepción de los Guardaparques de WCS alivianó el cansancio tras el largo viaje. Pero al encontrar frente a la casa de visitas, guanacos, loicas y cachañas, los llenó de entusiasmo.
El domingo visitaron el ventoso Mirador del lago Deseado recorrieron el principio del Sendero La Paciencia, pudieron ver montañas nevadas, paños naranjos de humedales de turberas, bosques y más guanacos. En la tarde, el equipo de Guardaparques y voluntarios del Parque Karukinka prepararon una parrillada en donde todos compartieron. Bien temprano el lunes 6 el grupo emprendió su regreso a Punta Arenas, habiendo vivido la travesía Karukinka.
“Iniciamos esta aventura con nuestros propios temores sobre cómo sería la reacción de los jóvenes al cruce en barcaza, al largo viaje en bus, a dormir por primera vez lejos de sus hogares. Pero nos dieron una gran sorpresa al verlos disfrutar de todas y cada una de las experiencias que, para ellos eran todas nuevas”, comentó Patricia Gonzalez, directora de la agrupación Manos de Hermanos.
“El canto de un ave, el vuelo de un par de cóndores o el trote del guanaco lograron emocionar y ser fuente de inspiración, la que quedará plasmada en las obras de los artesanos y entrará en el hogar de alguna familia que quiera adquirirla”, agregó Belén Guarda. “La misma emoción sentimos nosotros al recibir por primera vez en el parque a un grupo con necesidades especiales. Es un aporte a la inclusión de una parte a veces olvidada de nuestra sociedad, en la tarea de conservar la biodiversidad de Magallanes”.