Sin duda, 2017 está siendo un año marino desde la política, la comunicación y, como no, la investigación. Desde WCS Chile aportamos con dos estudios publicados en importantes revistas científicas. Uno aborda la relación entre la dieta de albatros y los descartes de pesquerías en seis áreas sub-antárticas del planeta mediante análisis de ADN; el otro releva las oportunidades recreacionales de los mares australes como importante servicio ecosistémico en la Región de Magallanes.
Análisis de ADN como herramienta para gestión y conservación marina
Los descartes pesqueros son un problema generalizado y a gran escala, que tiene efectos tanto en la contaminación de los océanos como en la pesca incidental de especies vulnerables como algunas aves marinas. La Organización Mundial para la Alimentación (FAO) estima que los descartes anteriores al desembarque son de aproximadamente 35% del total de las capturas, dando cuenta de una industria muchas veces poco eficiente y sustentable.
Si bien Chile cuenta con una ley de descartes y un nuevo reglamento que exige el uso de dispositivos de registros de imágenes para detectar y sondear las actividades de descarte y pesca incidental, las soluciones a este problema pasan por reconocer las interacciones de esta práctica, por ejemplo, con el valor comercial de ciertas especies, y, cómo no, con los cambios que ésta produce en los hábitos alimenticios de especies como los albatros de ceja negra del hemisferio sur.
Un reciente estudio publicado en la revista Frontiers in Marine Science, con la participación de Alejandro Kusch de WCS Chile, examina el ADN en muestras de heces de albatros de ceja negra a nivel circumpolar, en seis sitios de anidamiento durante varias temporadas, con el objetivo de comprender mejor la relación entre las pesquerías, la dieta de los albatros y la mortandad incidental; información que puede mejorar la gestión de pesquerías en base a una perspectiva ecosistémica.
El estudio detectó que el 91% de las muestras contenían pescado e identificó la diversidad espacial y temporal de pescados en las dietas de las diferentes colonias de albatros, superponiendo información de operaciones pesqueras en aguas adyacentes, para concluir que al menos 51 especies de peces forman parte de la dieta de estas aves transoceánicas.
Muchas de estas especies no son el alimento natural de albatros, sino comida fácilmente accesible por descargas. Por ello, mejorar la gestión de los descartes es crucial para reducir su impacto en la fauna nativa, ya sea por muerte incidental como por cambios aún no conocidos en la ecología de estas especies y su cadena trófica.
Es interesante destacar que las muestras recogidas en el Islote Albatros, en el Seno Almirantazgo, contienen mayormente sardina fueguina, lo que permite inferir que la pesca incidental no afecta a esta colonia.
El estudio lo lideró la Universidad de Tasmania de Australia y contó con la colaboración de 13 investigadores de distintos institutos y organizaciones de Reino Unido, Portugal, Chile y por cierto, Australia.
Evaluando oportunidades recreacionales en ecosistemas marinos de Magallanes y la Antártida.
Dependemos de la naturaleza que brindan recursos vitales para la supervivencia y el bienestar de todos los seres vivos. Los ecosistemas oceánicos y marinos componen dos tercios de los servicios de ecosistemas que forman el capital natural de nuestro planeta. Sin embargo, el conocimiento local sobre el alcance de la conservación marina es limitado.
Científicos del Centro de Investigación en Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile, y de WCS Chile, realizaron un estudio publicado este año en Marine Policy, cuyo objetivo es cuantificar y mapear, dentro de los ecosistemas marinos y oceánicos del Chile sub-antártico, uno de los servicios más notorios que brindan los ecosistemas: el de oportunidades recreacionales.
El estudio generó un marco metodológico para medir el valor que tiene un ecosistema en cuanto a sus oportunidades recreacionales. Para esto, evaluaron ciertas características como la belleza escénica, recursos naturales únicos, accesibilidad, sitios culturales y aptitud de uso turístico.
Las zonas que mostraron un alto valor en el indicador representan menos del 1% del área estudiada. Entre ellas está la zona sur del Seno de Almirantazgo, la parte norte de la Isla Navarino y las áreas que rodean la caleta de pescadores Wulaia.
Una misma área puede superponer distintos intereses, como puede ser la acuicultura y el turismo. “Lo interesante de esto es que permite planificar el territorio con anticipadamente, poniendo énfasis en medidas cautelares para evitar posibles conflictos en su uso”, explica Alejandro Kusch, coautor del estudio.
Referencias:
McInnes JC, Jarman SN, Lea M-A, Raymond B, Deagle BE, Phillips RA, Catry P, Stanworth A, Weimerskirch H, Kusch A, Gras M, Cherel Y, Maschette D and Alderman R (2017) DNA Metabarcoding as a Marine Conservation and Management Tool: A Circumpolar Examination of Fishery Discards in the Diet of Threatened Albatrosses. Front. Mar. Sci. 4:277. doi: 10.3389/fmars.2017.00277
L. Nahuelhuala, X. Vergara, A. Kusch, G. Camposb, D. Droguett (2017) Mapping ecosystem services for marine spatial planning: Recreation opportunities in Sub-Antarctic Chile. Marine Policy 81 (2017) 211–218. 0308-597X/ © 2017 Published by Elsevier Ltd.