Soluciones Basadas en Naturaleza permiten abordar las tres grandes crisis globales: pérdida de biodiversidad, cambio climático y pandemias.
@GuyWenborne
WCS Chile, 27/10/2021-. La conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26) que se llevará a cabo en Glasgow, Reino Unido entre el 1 y el 12 de noviembre busca alcanzar, en primer lugar, el compromiso para asegurar la emisión global neta cero para mediados de siglo y mantener, al menos, 1,5 grados centígrados por debajo de la Era Industrial, por medio de medidas de mitigación al cambio climático, como: acelerar la eliminación del carbono, reducir la deforestación, acelerar el cambio a vehículos eléctricos y fomentar la inversión en energías renovables. En segundo lugar, proteger comunidades y hábitats naturales por medio de la adaptación al cambio climático, a través de la protección y restauración de ecosistemas, sistemas de alerta e infraestructura para la prevención de eventos climáticos extremos, como inundaciones y sequías y construir una agricultura resiliente. En tercer lugar, se busca movilizar el financiamiento para cumplir estos objetivos, inyectando desde los países desarrollados al menos 100 mil millones de dólares. Por último, trabajar juntos para cumplir estos ambiciosos, pero alcanzables objetivos para abordar la crisis climática a través de la colaboración entre gobiernos, empresas y sociedad civil.
Con este propósito, Chile presentó esta semana su estrategia climática para reducir sus emisiones de carbono al 2050. La Estrategia Climática de Largo Plazo elaborada por el Ministerio de Medio Ambiente, con participación de cinco mil personas, busca avanzar hacia la carbono-neutralidad, considerando medidas concretas que deben aplicarse dentro de diversos sectores económicos, como transporte, energía, industria y minería, sumado a planes de recuperación y conservación de especies y hábitats naturales.
Si bien Chile es de los países que menos gases de efecto invernadero emite a la atmósfera, es uno de los territorios más vulnerables a los efectos del cambio climático. Esto demuestra la necesidad de priorizar medidas orientadas a la adaptación al cambio climático que impliquen la planificación para la gestión de la naturaleza, por medio de la herramienta más costo-efectiva que existe para ello, que es la preservación de la misma Naturaleza y el funcionamiento de sus procesos. A esto se le denomina Soluciones Basadas en Naturaleza (SBN). Esto puede verse, por ejemplo, como preservar reservorios y sumideros naturales de carbono en los ambientes terrestres y marinos, proteger ambientes naturales que proveen otros servicios ecosistémicos, como por ejemplo las riberas de los ríos que amortiguan las inundaciones y representan, una medida más económica y efectiva que construir infraestructura gris como murallas.
El foco de WCS para este evento internacional es “No permitamos que la crisis de biodiversidad se pierda en la crisis climática: la pérdida de biodiversidad y la crisis climática están inextricablemente vinculadas”.
WCS formará parte de la CoP26 con una delegación que apoyará políticas que se centren en abordar adecuadamente la crisis climática, particularmente en el contexto de la biodiversidad. Si bien un imperativo principal son las reducciones drásticas en las emisiones de combustibles fósiles durante esta década, en consonancia con su misión principal, WCS se centrará en la importancia crítica de la conservación y restauración de los ecosistemas naturales, especialmente los bosques, para reducir las emisiones de carbono por medio de soluciones climáticas naturales o SBN que también protegen la biodiversidad y se alinean con las negociaciones sobre biodiversidad en curso. Por ejemplo, el esfuerzo internacional para proteger y conservar al menos el 30 por ciento de la tierra y el agua del planeta para 2030, y los esfuerzos para proteger y retener ecosistemas intactos, como bosques, arrecifes de coral y otros, humedales, pastizales, entre otros, están alineados con la preservación de SBN.
El Rol de WCS ante las tres crisis globales: pérdida de biodiversidad, cambios climático y pandemias.
El objetivo global de WCS es conservar los más grandes lugares silvestres del mundo en una quincena de regiones prioritarias, hogar de más del 50% de la biodiversidad del planeta, mediante la ciencia, las acciones de conservación, la educación y aporte a las políticas ambientales. Se suma a esto los desafíos de un mundo cambiante ante el deterioro de la biodiversidad, las pandemias y el cambio climático. En palabras de Cristian Samper, Presidente y CEO de WCS “El mundo se enfrenta hoy a tres grandes crisis: la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la pandemia. Todos están interrelacionados, con muchas de las mismas causas y soluciones, y debemos reconocer estas sinergias y encontrar soluciones beneficiosas para todos”. Desde el Cono Sur de Sudamérica, que comprende a Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay, WCS trabaja por conservar, restaurar y regenerar las fortalezas naturales más importantes para mantener la biodiversidad, la integridad ecológica y las reservas de carbono mientras se apoya y trabaja con las comunidades locales, se genera y difunde conocimientos sobre conservación y se promueven políticas ambientales relevantes.
@fapi.org.py
Según el quinto reporte del IPCC del año 2014 (el sexto reporte está en preparación y será publicado en 2022) en su sección sobre América central y Sudamérica, la deforestación en el norte de Argentina en el bosque del Chaco paraguayo se ha acelerado en la última década debido a la expansión agrícola y ahora es la fuente más importante de emisiones de carbono en esta región. Pastizales, sabanas y matorrales, entre otros ecosistemas, son aún más amenazados que los bosques, principalmente por incendios frecuentes y presión de pastoreo. Desde el sur de América, en Patagonia, los ecosistemas glaciares enfrentan reducciones significativas, afectando la estacionalidad de los caudales, y hacia la zona semi-árida de Chile y Argentina, reducciones significativas en las precipitaciones afectan directamente a la escorrentía de los causes de agua, mermando la capacidad de suministrar agua a poblaciones y animales.
Si bien se han desarrollado herramientas de adaptación para enfrentar las amenazas de cambio climático para las comunidades más vulnerables en los países del Cono Sur, demostrando una creciente conciencia de los gobiernos sobre la necesidad de integrar el cambio climático y riesgos climáticos futuros en sus políticas y compromisos internacionales, queda un largo camino por recorrer, y como se expresa en la agenda de la próxima Cop26 en Glasgow, este camino debe recorrerse en conjunto.
“WCS aborda la conjunción de las crisis ambientales, de biodiversidad, climática y de salud ecológica a través de la conservación y restauración de las áreas mas importantes en la región, la protección de especies que juegan roles ecológicos clave en sus hábitats, y el apoyo para el desarrollo sustentable de las comunidades locales en colaboración con los Gobiernos y la Sociedad Civil en dichos lugares. Dicho enfoque, basado en la protección y restauración de la Naturaleza representa una solución factible, eficiente y sostenible en el tiempo para avanzar los compromisos locales, regionales y globales para enfrentar las múltiples crisis que tenemos por delante”, expone Martín Méndez, Coordinador de WCS para Cono Sur.
Chile y sus oportunidades, desde las soluciones basadas en naturaleza
Chile es un país altamente vulnerable frente al fenómeno del cambio climático. Esto se debe a que cuenta con áreas de borde costero de baja altura, áreas áridas, semiáridas y de bosques, además presenta susceptibilidad a desastres naturales, áreas propensas a sequía y desertificación, zonas urbanas con problemas de contaminación atmosférica y ecosistemas montañosos como las cordilleras de la costa y de Los Andes. A lo anterior, se suma la fuerte dependencia de las principales actividades socioeconómicas del país al clima y a la disponibilidad hídrica.
Es justamente esta alta sensibilidad la que sustenta la importancia que tiene para Chile contar con estrategias no solo de mitigación, sino de adaptación para enfrentar de la mejor manera posible el cambio climático, pero ¿Cuáles son las alternativas que tenemos para enfrentar la crisis climática y ajustarnos, tanto nosotros como los ecosistemas a cambios que ya son irreversibles? La respuesta está en la naturaleza.
@WCSChile
Chile no es solo vulnerable a los efectos del cambio climático, también posee distintos ecosistemas que pueden ser aprovechados en los procesos de mitigación y adaptación. Según el Plan de Manejo Parque Karukinka, publicado el 2018 por WCS Chile, Tierra del Fuego concentra uno de los sitios de la Patagonia con mayor abundancia de turberas, tipo de humedal asociado a sitios donde se acumula agua que fluye muy lentamente y cuya materia orgánica en semi-descomposición absorbe miles de toneladas de carbono, al tiempo que genera hábitat para diversas especies. Estos ecosistemas representan un 35% de la superficie del Parque Karukinka, (aproximadamente un área de 75 mil ha. cubiertas por turberas) con un contenido de carbono aproximado de 208.1-291.4 millones de toneladas de CO2.
Otro de los ecosistemas presente en el Parque Karukinka y descrito en el Plan de Manejo es el bosque maduro subantártico. Éste contiene principalmente bosques primarios puros de lenga de 200 a 300 años de antigüedad, y bosques mixtos de lenga y coigüe de Magallanes. Los bosques del Parque Karukinka cubren una superficie aproximada de 132.582 ha, cerca de un 44% de la superficie total, representando la mayor extensión forestal de la isla grande de Tierra del Fuego (Tapia, 2010). Estos cumplen un rol crucial en la conservación y regulación del ciclo hidrológico y la retención del suelo. Asimismo, contribuyen con la captura de carbono atmosférico en sus troncos y raíces. Se estima que los bosques deciduos de Karukinka contienen 699 toneladas de C por hectárea y los bosques siempreverdes, 912 ton C/ha (Harris et al. 2008).
Estos grandes sumideros de carbono cumplen un rol importante en la mitigación del cambio climático, entregando beneficios, no solo a nivel local, sino que global, de ahí la necesidad de trabajar en su conservación y considerarlos como parte fundamental de la estrategia mundial para la disminución de emisiones causantes del calentamiento global y para adatarse a los impactos del cambio climático, desde los ecosistemas.
Actualmente las SBN han sido incluidas por más de 130 países en sus planes climáticos nacionales. Aún queda mucho trabajo por delante y es necesario contar con mayor información y estudios que permitan, con sustento científico, avanzar en la implementación de medidas para las comunidades y sus territorios que aporten a la mitigación y adaptación del cambio climático y a enfrentar los desafíos de la pérdida de biodiversidad.