La conservación debe entenderse como un proceso, al igual que los que ocurren en la naturaleza. Es así que acciones que se implementaron en el pasado empiezan a ser visibles hoy, al mismo tiempo que acciones de conservación que se están ejecutando hoy día, probablemente mostrarán resultados en 50, 100 o más años. Comprender esto facilita la construcción de una visión a mediano y largo plazo, con compromisos sostenibles en el tiempo. Así lo han hecho los gobiernos de Chile y Argentina, quienes hace una década se comprometieron con la conservación de los paisajes de Tierra del Fuego, buscando avanzar en la erradicación del castor, especie exótica invasora y principal amenaza de los bosques, a escala binacional.
El proyecto GEF Castor «Fortalecimiento y Desarrollo de Instrumentos para el Manejo, Prevención y Control del Castor (Castor canadensis), una Especie Exótica Invasora en la Patagonia Chilena”, va en esa senda. Ejecutado por el Ministerio de Medio Ambiente a través de la SEREMI de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena e implementado por el Global Enviroment Facility (GEF) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el proyecto busca implementar acciones que contribuyan a evitar el avance de esta especie y preservar los bosques y otros ecosistemas que hoy se ven afectados por ella.
WCS Chile implementó dos pilotos de erradicación en Tierra del Fuego, en el marco de este proyecto, en dos ambientes diferentes afectados por el castor: bosque, en más de 18 mil hectáreas de bosques y turberas en el sector La Paciencia del Parque Karukinka, y en cerca de 45 mil hectáreas de estepa, en la cuenca del río Marazzi.
Hoja de Ruta
Las lecciones aprendidas durante la ejecución de los pilotos de gestión del proyecto GEF Castor, permitirían avanzar hacia un escalamiento de las actividades de erradicación en terreno. No obstante, dada la complejidad y escala geográfica de este problema, incluyendo no sólo factores de tipo logístico/técnico, sino de capacidades, administrativo/político y financiero, es necesario contar con una hoja de ruta o plan estratégico, que permita guiar la gestión pública/privada en torno a la protección de los ecosistemas de Patagonia amenazados por la presencia del castor. De esta forma, se podría avanzar hacia la gestión de la erradicación de este roedor, acogiendo tanto las experiencias nacionales como internacionales que sean pertinentes. Este plan debe converger como un sistema coordinado de conocimiento y gobernanza que permita desarrollar, alinear y potenciar las competencias y capacidades de organismos públicos, actores privados, proveedores de conocimiento científico y financiadores, entre otros, para finalmente, consolidar los pasos a seguir para cumplir con la visión de la restauración de los ecosistemas nativos de Patagonia Austral. Los próximos pasos en este proceso, que da seguimiento dentro del contexto del proyecto Gef Castor y que WCS ya está iniciando como socio ejecutor, es generar un Plan Estratégico y Financiero y un Plan de Coordinación y Gobernanza para la gestión del castor en Magallanes, bajo la metodología de trabajo más reciente de Estándares de Conservación y que sirva como guía para la gestión público/privada del castor como especie exótica invasora.
Comienza la recuperación del paisaje
Los cambios en el paisaje en zonas recientemente abandonadas por castor ya son perceptibles. El caudal ha vuelto a su curso natural y, si bien no se plantaron lengas en las zonas directamente afectadas por el castor porque el suelo no presenta aún las condiciones adecuadas, algunas especies nativas y pastos exóticos vuelven a colonizar las zonas antes inundadas, y sus raíces ayudan a mejorar la estructura del suelo, formando praderas aptas para una posterior reforestación con árboles nativos.
Adicionalmente, se desarrolló el proyecto “Restitución de procesos ecológicos a travésde la restauración del estrato boscoso en áreas afectadas y abandonadas por castor en Tierra del Fuego”, enmarcado en el cumplimiento de las metas de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales. A través de la plantación de 299 núcleos en el Lote 10, sector Vicuña del Parque Karukinka, se logró la reforestación con 12.000 plantas de lengas, utilizando incluso los mismos árboles cortados por los castores como cercas de exclusión para herbívoros. Este proyecto fue financiado por el programa de las Naciones Unidas ONU REDD+, FAO y ejecutado por CONAF.
Sumado a ese proyecto, CONAF ejecutó en el Parque Karukinka el proyecto “Transferencia Forestación Geomoplasma segunda etapa, XII región” reforestando con más de 8.000 ejemplares de lenga que previamente habían sido llevadas como plántulas al vivero forestal de CONAF al sur de Punta Arenas, donde se potenció su crecimiento y fortalecimiento para que al momento de su devolución sean mayores las posibilidades de sobrevivencia.
Alejandro Kusch, Coordinador del Programa de Conservación Terrestre de WCS, comenta que, si bien el crecimiento de estos árboles nativos es lento, la sobrevivencia de las plantas luego de un año es de más del 70%. “Los resultados de las plantaciones podrán verse luego de varios años, la recuperación final de estos experimentos será patente en 40 o 50 años, con renovales más grandes, considerando que estos bosques tienen más de 100 años”.