En el contexto socioeconómico, la biodiversidad de Chile contribuye al desarrollo del país, basado principalmente en la explotación de sus recursos naturales, al punto que, de no precaver el impacto en la extracción no sustentable de estos, depende toda una economía, que sustenta a la vez a 17 millones de chilenos.
Es por esto que las actividades productivas deben considerar, en el diseño de sus proyectos, la gestión de la biodiversidad. Como lo explican la MCs. Claudia Silva, Coordinadora de Estrategias de Conservación, y la Dra. Bárbara Saavedra, Directora de WCS, en el capítulo 6 del tomo II del libro Biodiversidad de Chile: Patrimonio y desafíos, editado y publicado por el Ministerio del Medio Ambiente en 2018: dado que de la salud de la naturaleza depende el bienestar de las sociedades, “la necesidad de promover la protección y recuperación de la biodiversidad es una tarea compartida, a la cual debe confluir con especial interés el mundo privado”, siguiendo el mandato de la Convención sobre Biodiversidad Biológica (CBD), de la cual Chile es signatario, de “incorporar la biodiversidad como un factor explícito en la planificación del desarrollo, con el objetivo de reducir las presiones directas que actividades económicas y proyectos de inversión ejercen sobre ella”.
Este cambio de paradigma requiere de al menos tres elementos cruciales a desarrollarse desde los espacios privados, comentan las autoras:
1) El desarrollo de una ética que reconozca principios básicos en la intersección de los sistemas naturales y sociales y desarrolle proyectos de inversión en base a esta consideración;
2) Herramientas costo-efectivas para poner en práctica esta ética, incorporando y haciéndose cargo de las complejidades ecológicas, sociales, económicas y técnicas de la conservación de la biodiversidad desde la industria, por ejemplo, mediante la compensación ecológicamente equivalente;
3) Comunidades de aprendizaje, de instituciones y personas comprometidas con este pensar, dispuestas a instalar procesos de transformación efectivos.
Desde un paradigma de adaptabilidad y flexibilidad, en donde “el foco debe estar puesto en el proceso de aprendizaje y su aplicación ética, más que en la consecución de un objetivo o una estructura fija administrativa”, la naturaleza flexible y dinámica del mundo privado, “abre espacios para el desarrollo de liderazgos nacionales innovadores”.
Así es como, ineludiblemente, los distintos actores y sus agendas deben confluir en espacios de interés común tendientes al bienestar de toda la sociedad. Con esto se fondo, se entiende la labor que lleva adelante WCS junto a diferentes colaboradores, en el espacio empresarial e industrial del país.
Accede al libro Biodiversidad de Chile: Patrimonio y desafíos desde la Web del Ministerio del Medio Ambiente siguiendo este enlace: https://mma.gob.cl/publicaciones-destacadas/