Desde el Departamento de Geofagia de Texas A&M University se conformó el grupo liderado por la Dra. Julie Loisel, junto a seis estudiantes, el geofísico Dr. Andrew Parsekian de University of Wyoming y el geógrafo Patrick Campbell, quien capturó en un fantástico video y un diario de viaje fotográfico, la travesía y la experiencia de pasar tres semanas en el invierno de Tierra del Fuego, en el Parque Karukinka de WCS.
Su destino, las turberas más australes y no intervenidas. El objetivo, estimar la cantidad de carbono almacenado en sus suelos por medio de un muestreo extensivo de núcleos de turba. “Nuestro trabajo, en conjunto con el Parque Karukinka y la Wildlife Conservation Society, permitirá demostrar el valor económico, ambiental y cultural de la conservación de las turberas, lo que puede ayudar a dirigir políticas para una mejor gestión”, dijo Loisel en Texas A&M Today.
Las turberas son un tipo de humedal que acumula materia orgánica proveniente plantas en estado de semi-descomposción y son el sumidero de carbono más efectivo del planeta, almacenando el doble de carbono que todos los bosques.
Propio de los paisajes nórdicos, menos de un 5% de los ecosistemas de turberas existen en el hemisferio sur; en Chile cubren desde la península de Chiloé hasta Tierra del Fuego. De lejos parecen praderas o pantanos rojizos, de cerca se ve la belleza y complejidad en los musgos de Sphagnum, la planta dominante en muchas turberas.
Las turberas del Parque Karukinka, que ocupan un cuarto de su territorio, están protegidas de la explotación minera desde 2015, gracias a la visión del Ministerio de Minería de Chile que las declaró no explotables debido a su interés científico.
Otros lugares no corren la misma suerte. Históricamente los humedales eran vistos como zonas inservibles o pantanos foco de enfermedades. Se los drenó, se construyeron ciudades sobre ellos. De las turberas se sacó más provecho, pues la turba, que es la acumulación de materia vegetal orgánica que está debajo del musgo, sirve tanto para elaborar Whisky y sembrar orquídeas, como combustible fósil. Su utilización desmedida y desregulada ha provocado desequilibrios tales como sequías, producto de la erosión y pérdida del suelo que debiera almacenar el agua.
El Parque Karukinka es un gran laboratorio natural y resorte de ésta y otras colaboraciones científicas. El profesor Armando Sepúlveda, de la Universidad de Magallanes está estudiando las emisiones de metano y dióxido de carbono en ecosistemas acuáticos de la Patagonia afectados por castores. En tanto, desde Pensilvania, el profesor Zicheng Yu, de la Universidad de LeHigh, llegó al Parque Karukinka buscando muestras de turba para intentar reconstruir los cambios en la circulación atmosférica durante los últimos 1.000 años.