En el Pacífico de Guatemala se pueden observar dos subespecies de la especie Stenella longirostris: S. longirostris orientalis (especie más oceánica) y S. longirostris centroamericana (especie costera) que podemos observar durante turismo de naturaleza, siendo esta última endémica de la región del Istmo de Tehuantepec y Centro América (Ortiz-Wolford, 2024). En Guatemala, el Cañón de San José es un sitio clave como refugio para cetáceos y otra mega fauna marina.
Video por WCS Guatemala
En cuanto a la alimentación los delfines tornillo se nutren por la noche de especies de peces pequeños, camarones y calamares que se encuentran a profundidades entre 200 y 300 metros bajo la superficie del agua. Sus presas siguen un patrón de migración vertical y horizontal: permanecen en aguas profundas durante el día, donde existe mayor probabilidad de que las casen, y luego ascienden por la columna de agua (migración vertical) y se acercan a la costa (migración horizontal) por la noche ya que hay menos luz. Los delfines tornillo aprovechan la migración nocturna, que lleva a sus presas a aguas menos profundas y más cerca de la costa, para alimentarse durante toda la noche.
Esta especie convive en grandes manadas, nunca se encuentran solos teniendo una gran dependencia al estar juntos con otros organismos de su misma especie, manteniéndose por lo menos en pareja, este comportamiento tiene que ver con la alimentación ya que cuando están en grupo pueden acorralar de mejor forma sus presas (Lammers & Au, 2003).
Estos grupos producen silbidos (sonidos tonales de banda estrecha de frecuencia modulada) complejos que desempeñan un papel muy importante en la comunicación entre los individuos y entre los grupos, en algunas especies estos silbidos pueden servir para identificarse entre sí, por lo que son muy importantes en contextos sociales.
El silbido característico de un delfín es una señal acústica distintiva, emitida en un patrón de contornos de modulación de frecuencia únicos; permite a los individuos que pertenecen a un grupo determinado reconocerse entre sí y, en consecuencia, mantener el contacto y la cohesión de la manada (Rio 2023). Estas vocalizaciones de frecuencias modulada permanecen estables a lo largo de la vida de los delfines y se desarrollan en los primeros meses de vida de los organismos por medio de un proceso de aprendizaje de la producción vocal basado en las experiencias sociales auditivas.
Esta información la hemos obtenido como parte de los monitoreos de fauna marina en colaboración con Semillas del Océano y el Centro de Estudios del Mar y Acuicultura de la USAC.
Texto por José Moreira (WCS Guatemala)