Guatemala, México y Belice; 31.008 km2, el bosque más grande de Centroamérica.
La Selva Maya es el área forestal más grande de Centroamérica y alberga un conjunto único de animales y plantas y miles de yacimientos arqueológicos. En ella habitan jaguares, tortugas de río centroamericanas en peligro de extinsión, pecaríes de labios blancos y guacamayos rojos, así como especies endémicas adaptadas a los bosques estacionalmente secos de la región. Sin embargo, la Selva Maya es también el hogar de cientos de miles de personas, muchas de las cuales sufren pobreza o extrema pobreza. La pobreza, la falta de tierras, la debilidad de los sistemas de gobernanza y el rápido crecimiento de la población han ejercido una presión cada vez mayor sobre los recursos naturales de la región, estimulando la deforestación y los incendios forestales que amenazan la biodiversidad, y socavando el potencial probado de los flujos sostenibles de recursos naturales y productos básicos de vital importancia para las economías rurales. La Gran Selva Maya también incluye el complejo de áreas protegidas Montañas Mayas - Chiquibul, de 5.220 km2, que se extiende a lo largo de la Zona de Adyacencia Belice-Guatemala, un área débilmente gobernada y bajo disputa legal. Más del 80% de la parte guatemalteca de este bosque ha sido diezmada por la colonización y la expansión agrícola, y los guatemaltecos han hecho incursiones ilegales en las áreas protegidas beliceñas más preservadas para cazar furtivamente madera y fauna.
Es, al mismo tiempo, una zona de ocupación humana muy antigua y durante milenios ha sido el asiento del pueblo maya, que considera este bosque como su territorio ancestral. A partir de la primera mitad del siglo XIX, a los mayas se les unieron los garífunas, que ahora constituyen una parte importante de la población indígena de la franja oriental del bosque beliceño.
La Selva Maya es un espacio de inmensa importancia, tanto por su significado histórico y patrimonial como por su riqueza natural, su biodiversidad y su papel en relación con la conservación de los recursos hídricos y la mitigación del cambio climático.
Sin embargo, su existencia está en peligro debido a un conjunto de amenazas que aumentan su vulnerabilidad, como la ganadería, la tala, la minería, la explotación de hidrocarburos, etc. Debido a estos factores, la Selva Maya, entre 2000 y 2015, vio disminuir su tamaño de 55.218 a 41.380 km2 en 2015.
En conjunto, este importante corredor biológico alberga cinco especies de felinos, como el jaguar (Panthera onca), el tapir (Tapirus bairdii), el saraguato (Alouatta pigra), la tortuga carey (Eretmochelys imbricata) y aves como la guacamaya escarlata (Ara Macao) y el tucán arcoiris (Ramphastos sulfuratus), considerado el ave nacional de Belice. Algunas de las especies más representativas de la flora son el árbol de ramón (Brosimum alicastrum) y la sapodilla (Manilkara zapota).
Según las investigaciones de la Reserva de Calakmul (México), contiene más de 400 especies de aves en su lista. En el Parque Nacional de Tikal (Guatemala) se han contabilizado más de 350 especies y en el Área de Conservación del Río (Belice) más de 390 especies entre residentes y migratorias.
En los tres países existe una importante población indígena. En México, más de una quinta parte de la población se define como tal, en Guatemala, algo menos de la mitad, y en Belice, casi el 20 por ciento.
Es por ello, en parte, que se ha desarrollado un importante movimiento político entre los pueblos indígenas que, con diferentes perspectivas, han luchado por sus derechos territoriales, la consulta y la autodeterminación en relación con la gestión propia de sus recursos naturales.
Las cuestiones relacionadas con la tierra, el territorio, la gestión autodeterminada de los recursos naturales y el derecho a definir su desarrollo y perspectivas de futuro son temas políticamente muy sensibles, principalmente en Guatemala y Belice.
En los tres países, la Selva Maya forma parte de las tierras ancestrales de la cultura maya, en las que se consolidó una matriz cultural que hoy está formada por millones de personas y más de 20 pueblos diferentes. Entre ellos, están los que aún viven en esa selva y obtienen de ella su sustento: En Belice, los mayas yucatecos, los mayas mopanes, los mayas q'eqchi' y los garífunas, en Guatemala los mayas itzá y los q'eqchi y, en México, los mayas yucatecos.
En México, Guatemala y Belice existen sitios considerados como patrimonio cultural de la Humanidad declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En México, en el estado de Campeche, la histórica ciudad fortificada fue declarada en 1999, la antigua ciudad maya y los bosques tropicales de Calakmul, declarados en 2002 y en Yucatán, las míticas ciudades prehispánicas de Chichén-Itzá, declaradas en 1988 y Uxmal en 1996. En la región respecto a la Selva Maya de Guatemala, el Parque Nacional de Tikal en 1979, y en Belice el Sistema de Reservas de la Barrera de Coral.