Los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica son la última oportunidad de sobrevivir al cambio climático en la región. 

Mesoamérica es un punto importante de biodiversidad; con sólo el 0,5% de la superficie terrestre del mundo, la región alberga el 7% de la diversidad biológica mundial, incluidas las especies raras y en peligro de extinción. Los bosques naturales, como los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica, contienen más de seis veces el carbono de los bosques más degradados y albergan aproximadamente la mitad de las reservas forestales de carbono de la región. También proporcionan servicios ecosistémicos esenciales a cinco millones de personas.

Los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica son la Selva Maya en México, Guatemala y Belice; La Moskitia en Nicaragua y Honduras; Indio Maíz-Tortuguero en Nicaragua y Costa Rica; La Amistad en Costa Rica y Panamá; y El Darién en Panamá y Colombia.

Las poblaciones más vulnerables de Mesoamérica al cambio climático, las mujeres y los hombres de las comunidades indígenas y locales de los bosques, gestionan y protegen la mitad de la superficie forestal restante en los cinco bosques, y dependen de sus recursos para su identidad cultural, su seguridad alimentaria y sus ingresos, entre otras cosas.

Los bosques gestionados por los pueblos indígenas con tenencia segura tienen tasas de deforestación mucho más bajas que los bosques situados fuera de las tierras indígenas.

La Alianza de los 5 Grandes Bosques, que incluye a gobiernos, ONGs, instituciones académicas, pueblos indígenas y comunidades locales asociadas, ha anunciado su compromiso de proteger los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica, los últimos bosques intactos que quedan desde México hasta Colombia y que son fundamentales para la vida silvestre, el secuestro de carbono, el agua limpia y la seguridad alimentaria de cinco millones de personas.

Los Hechos

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marzo 22, 2024

Panorama global y pronóstico para Mesoamérica y sus grandes bosques ante los impactos del Niño

Si consideramos los patrones históricos durante los años de El Niño, particularmente los efectos observados en Mesoamérica durante temporadas secas y de incendios, podríamos anticipar para este año consecuencias similares a las vividas en momentos críticos anteriores. Por ejemplo, en 1998, El Niño contribuyó a una de las temporadas de incendios más severas, devastando extensas áreas de la Selva Maya, afectando la biodiversidad y exponiendo las comunidades a niveles críticos de contaminación por humo.
marzo 19, 2024

Mejora de las capacidades comunitarias en la cordillera de Talamanca mediante la gestión y la gobernanza para proteger la biodiversidad y los medios de vida sostenibles.

El objetivo principal del proyecto es apoyar la conservación de los bosques nubosos a través del fortalecimiento de las familias ubicadas en la zona y sus procesos de patrullajes, monitoreo y desarrollo sostenible a través de iniciativas ecoturísticas.

 

Aprende más sobre la iniciativa aquí:

We Stand for WildlifeSM