En Wuarska, uno de los rincones más remotos de la Reserva del Hombre y la Biosfera del Río Plátano (RHBRP), un equipo de especialistas y comunitarios registró 24 especies de anfibios y reptiles durante una jornada de investigación, que incluyó horas de navegación por río y caminatas por terreno agreste en esta región del este de Honduras.
La actividad combinó monitoreo biológico y patrullaje SMART —una herramienta digital que permite registrar sistemáticamente la biodiversidad y la presencia de amenazas— con el objetivo de documentar la herpeto fauna local y generar información que respalde la conservación del ecosistema.
Fotos por Manfredo Turcios-Casco (WCS Honduras)
Entre los registros más destacados se encuentran: la serpiente corredora (Mastigodryas alternatus), el camaleón de casco (Corytophanes cristatus), la tortuga de bosque anillada (Rhinoclemmys annulata), la salamandra de manos anchas (Bolitoglossa mexicana), la lora fina de hocico corto (Oxybelis brevirostris) y la serpiente bejuquera de ojos grandes (Sibon longifrenis).
Los anfibios, como ranas y salamandras, funcionan como verdaderos termómetros de los ecosistemas, porque su piel permeable y su ciclo de vida ligado al agua los hace sensibles a la contaminación, el cambio climático y la degradación del hábitat. Por otro lado, algunas ranas, por ejemplo, ayudan a controlar poblaciones de insectos que podrían afectar cultivos o transmitir enfermedades.
Los reptiles, como serpientes y tortugas, cumplen roles esenciales: regulan la abundancia de roedores y pequeños anfibios, y sus huevos y crías son fuente de alimento para aves y mamíferos. Además, ciertas tortugas contribuyen a la dispersión de semillas, ayudando a regenerar la vegetación del bosque.
Estas especies enfrentan amenazas crecientes, como la deforestación, la expansión de la ganadería y la cacería ilegal, lo que pone en riesgo la estabilidad de los ecosistemas del área protegida más importante de Honduras. Los registros obtenidos amplían el conocimiento científico y respaldan la conservación de la Biosfera del Río Plátano, reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biósfera y Patrimonio Mundial de la Humanidad, un refugio clave para la biodiversidad de Mesoamérica.
“Con más expediciones podríamos descubrir aún más especies”, comentó Gerson Casco, nativo de la zona de amortiguamiento de la RHBRP y paratécnico del Instituto de Conservación Forestal (ICF).
Para Manfredo Turcios-Casco, especialista de WCS Honduras, estos hallazgos también evidencian la urgencia de proteger la zona: “Cada expedición revela nuevas especies, pero también nos recuerda que la deforestación y la ganadería extensiva siguen siendo amenazas latentes”.
La investigación fue posible gracias al financiamiento del Fondo para el Manejo de Áreas Protegidas y Vida Silvestre (FAPVS), con el apoyo del Gobierno de Honduras, a través del Instituto de Conservación Forestal (ICF), y la colaboración de WCS Honduras.
Texto por Manfredo Turcios-Casco, Claudia Novelo Alpuche y Bianca Padilla