A través del monitoreo con cámaras trampa se han detectado infestaciones del gusano barrenador en animales silvestres. En abril de 2025, en el Parque Nacional Mirador-Río Azul y el Biotopo Naachtún-Dos Lagunas en Guatemala, capturamos evidencia de un puma (Puma concolor) probablemente infestado con este parásito. Este avistamiento ocurrió apenas siete meses después del primer caso reportado en animales domésticos en el país.
Imagen de cámara trampa de un puma (Puma concolor) con una herida abierta, posiblemente causada por una infestación de gusano barrenador del Nuevo Mundo (Cochliomyia hominivorax), documentada en el Biotopo Naachtún-Dos Lagunas, Reserva de la Biosfera Maya, Guatemala (WCS 2025).
Además, se han confirmado casos en tapires (Tapirus bairdii) en Costa Rica, y se reportan infestaciones en monos aulladores, perezosos, puercoespines y otros mamíferos en diferentes países de Centroamérica.
Fotos por Michiel van Noppen
El gusano barrenador es una mosca parásita cuyas larvas se alimentan de tejido vivo en heridas abiertas, causando infecciones graves, dolor intenso y la posible muerte de los animales afectados. Tras décadas de erradicación, este parásito regresó a la región desde 2023, propagándose rápidamente debido al tráfico ilegal de ganado y la insuficiente vigilancia sanitaria.
Mapa. Distribución espacial de las infestaciones confirmadas de gusano barrenador en animales entre el 1 de enero de 2023 y el 26 de julio de 2025 (círculos rojos), según datos del Sistema Mundial de Información Zoosanitaria, y parques nacionales con componentes terrestres (polígonos verdes) según la Base de Datos Mundial sobre Áreas Protegidas en Centroamérica y el sur de México. Otros tipos de áreas protegidas, como los sitios RAMSAR, no se muestran. El recuadro con marco azul muestra los casos reportados de infestación en ganado en los parques nacionales Chagres y Portobelo, Panamá.
Estas infestaciones agravan la vulnerabilidad de la fauna silvestre, ya afectada por la pérdida de hábitat y otros factores ambientales. La amenaza es grave, pues puede desestabilizar ecosistemas y acelerar la pérdida de biodiversidad.
Es urgente fortalecer la vigilancia, apoyar a los equipos de conservación y aplicar acciones regionales coordinadas para controlar la propagación del gusano barrenador y proteger nuestra biodiversidad.