por Manfredo Turcios-Casco, José Napoleón Morazán y Claudia Novelo Alpuche
Un reciente inventario biológico realizado en la Reserva Antropológica Warunta confirmó la presencia del Ectophylla alba, también conocido como murciélago blanco hondureño. Esta es una de las especies más distintivas de murciélagos en Mesoamérica, reconocible por su pelaje blanco aterciopelado y su singular hábito de construir refugios con hojas de plantas tropicales como el platanillo. Se trata de una verdadera rareza ecológica y evolutiva.
Murciélago blanco hondureño. Fotos por Manfredo Turcios-Casco
Honduras marca el extremo norte de la distribución conocida de esta especie, lo que convierte a Warunta en un sitio clave para su estudio y conservación. Las “tiendas” que construye durante el día -plegando hojas con precisión quirúrgica- son un ejemplo de su comportamiento altamente especializado. Para elaborarlas, requiere condiciones específicas en su entorno y la presencia de ciertas plantas, como las heliconias. La disponibilidad de estos recursos podría determinar su permanencia en el sitio, lo que resalta la importancia de proteger su hábitat, especialmente en regiones donde estos elementos están disminuyendo por la pérdida de cobertura forestal.
Warunta, en Honduras, es clave para conservar al murciélago blanco, que depende de plantas como las heliconias para construir sus refugios
Durante la misma expedición, el equipo de investigadores obtuvo registros preliminares de lo que podría ser una especie de murciélago embalonúrido no documentada anteriormente en el país. Este hallazgo se llevó a cabo por medio de grabaciones acústicas, una técnica que ha comenzado a implementarse con mayor frecuencia en Honduras y que permite detectar especies difíciles de identificar mediante métodos tradicionales. Aunque el análisis taxonómico aún está en curso, este posible nuevo registro subraya el valor biológico de La Moskitia como una región poco explorada, y demuestra cómo el uso de nuevas herramientas de monitoreo puede revelar especies previamente desconocidas.
“Estos hallazgos amplían el mapa de la biodiversidad nacional y abren nuevas preguntas sobre la conectividad ecológica en los bosques tropicales del noreste de Honduras”, explicó un integrante del equipo técnico de WCS Honduras.
Además de su rareza, los murciélagos son esenciales para el funcionamiento de los ecosistemas tropicales: contribuyen a la regeneración del bosque como dispersores de semillas, participan en la polinización de muchas especies de plantas y ayudan al control natural de poblaciones de insectos.
El trabajo de monitoreo fue desarrollado por WCS Honduras en colaboración con el Instituto de Conservación Forestal (ICF), la Universidad Nacional Autónoma de Honduras – Valle de Sula (UNAH-VS), el grupo de investigación “The Big Bat Theory”, con apoyo del Fondo de Paisajes Biodiversos (BLF), Fondo para el Manejo de las Áreas Protegidas y Vida Silvestre (FAPVS) y líderes comunitarios en el marco de una estrategia de conservación intercultural basada en ciencia. Esta iniciativa busca respaldar la designación de Warunta como zona prioritaria para la conservación biológica y cultural en la Moskitia.
En este proceso, WCS también está apoyando activamente a las comunidades miskitas en su lucha por preservar estos bosques, que son de propiedad comunitaria y enfrentan crecientes amenazas por la deforestación asociada al avance de fincas ganaderas, muchas veces ilegales.
La región continúa revelando sus secretos, y cada hallazgo refuerza la urgencia de proteger estos bosques que aún conservan especies únicas y funciones ecológicas irremplazables.