En el Día Internacional de la Diversidad Biológica, bajo el lema “Armonía con la naturaleza y desarrollo sostenible”, el proyecto Paisajes Resilientes y Biodiversos del Norte de Mesoamérica (BLF, por sus siglas en inglés), resalta avances en el monitoreo de especies, cuya presencia, abundancia o ausencia, refleja el estado de salud ecológica de los ecosistemas.
Con datos provenientes de entre 2020 y 2024, se consolidó una línea base para el seguimiento de 10 especies indicadoras en los paisajes forestales del BLF: la Selva Maya (Guatemala y Belice), la Moskitia (Honduras) y Trifinio (El Salvador, Honduras y Guatemala). Desde 2023 BLF ha apoyado el levantamiento de información por medio del uso de cámaras trampa, grabadoras acústicas, patrullajes y entrevistas comunitarias, logrando que los equipos técnicos recopilaran información esencial sobre la integridad ecológica de estos territorios.
Lo que las especies nos dicen sobre la salud del bosque
Los resultados combinan señales alentadoras y advertencias críticas. El jaguar, por ejemplo, mantiene una presencia robusta —más del 90% de ocupación— en áreas núcleo de la Selva Maya como el Parque Nacional Mirador-Río Azul. Por el contrario, su presencia es limitada en zonas fragmentadas de la Moskitia, reflejo de una creciente presión humana. A pesar de ello, contamos con registros en la Moskitia del oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla), también llamado Winku Tara en lengua miskita.
El tapir centroamericano (Tapirus bairdii) y el pecarí de labios blancos (Tayassu pecari), ambos sensibles a la perturbación, presentaron registros escasos en áreas degradadas, confirmando su valor como bioindicadores del deterioro del bosque: a menor cobertura y calidad forestal, menor probabilidad de encuentro.
En el dosel del bosque tropical, las guacamayas rojas (Ara macao) y verde (Ara ambiguus) revelan dinámicas contrastantes. En Guatemala, la guacamaya roja muestra un patrón cíclico en su éxito reproductivo, mientras que en la Moskitia destaca como un refugio clave para la guacamaya verde, con densidades notables en sitios monitoreados.
En Belice, la tortuga blanca (Dermatemys mawii), en grave peligro de extinción, mostró señales de recuperación. Esta especie críticamente amenazada, los datos de monitoreo muestran un incremento sostenido en las tasas de captura por unidad de esfuerzo en sitios protegidos como Cox Lagoon, lo que sugiere una posible recuperación local bajo condiciones de manejo efectivo.
En Trifinio, los sensores acústicos captaron el canto de la cayaya (Penelopina nigra), una especie endémica del bosque nuboso, que presentó una probabilidad de ocupación de hasta el 94%, según modelos acústicos.
La rana de labios blancos (Leptodactylus silvanimbus), un anfibio particularmente vulnerable a la pérdida de hábitat y al cambio climático, no fue detectada en este ciclo de muestreo. Su ausencia plantea nuevas preguntas sobre su distribución y estado poblacional.
Estos resultados ayudarán a guiar decisiones de conservación, restauración y financiamiento climático en una región que aún alberga una riqueza biológica extraordinaria, pero cada vez más amenazada.
Día Internacional de la Diversidad Biológica
Esta información ha sido integrada a partir de informes institucionales de los miembros del consorcio; Belize Maya Forest Trust (BMFT), Friends for Conservation (FCD), Fundación en Ciencias para el Estudio y Conservación de la Biodiversidad (INCEBIO), programas de Belice, Guatemala y Honduras de Wildlife Conservation Society (WCS) y quienes dentro del marco del proyecto están escalando sus esfuerzos de investigación.