El Consejo Nacional de Áreas Protegidas con el apoyo de Wildlife Conservation Society, (Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre; WCS por sus siglas en inglés) realizaron un recorrido en el Parque Nacional Sipacate-Naranjo y la playa de El Paredón para documentar las actividades que se realizan con el fin de fomentar la conservación de la biodiversidad y las áreas protegidas, además de la urgente necesidad de contar con áreas de uso múltiple marino-costeras.
En la playa El Paredón, se presenció una liberación de tortugas recién nacidas. El trabajo del personal guardarrecursos del Conap y comunitarios, consiste en preservar este ciclo por medio de programas de incubación vigilada. Además, se realizó un recorrido por la Poza del Nance, Canal de Chiquimulilla para conocer la importancia de esta poza, ya que es refugio para diversidad de especies de tortugas marinas que utilizan el ecosistema en las diferentes etapas de su vida, especialmente la tortuga marina Verde o negra del Pacífico (Chelonia mydas agassizii) y parlamas (Lepidochelys olivacea). También en esta poza habitan moluscos, algas, invertebrados entre otros, convirtiéndola así como un sitio único en Centroamérica.
Es importante recalcar que en los años ochenta se establecieron los primeros tortugarios para apoyar la conservación de estas especies y un sistema de cuota de conservación dirigido a la tortuga parlama en apoyo a las comunidades locales. Así iniciaron los esfuerzos de conservación de la tortuga marina en Guatemala. La realización de actividades de conservación de la tortuga marina ha sido vital, así como la participación de distintos actores como ONGs, instituciones educativas, líderes comunitarios, municipalidades, gobierno, empresas, hoteleros, dueños de chalets, entre otros.
Para guiar, coordinar y fortalecer estos esfuerzos, el CONAP elaboró la Estrategia Nacional de Manejo y Conservación de Tortugas Marinas en el año 2002. En el año 2012 se llevó a cabo un Análisis Situacional de los esfuerzos de conservación de tortugas marinas del período 2002-2011, así como el Reglamento Normativo para el Manejo y conservación de Tortugas Marinas; autorizando el consumo de huevos de la tortuga parlama (Lepidochelys olivacea) siempre y cuando se entregue la “Cuota de Conservación”, del 20% del total de un nido encontrado.
La “Cuota de Conservación” es un mecanismo de conservación fundamental para el sostenimiento de las poblaciones de esta especie en particular, un soporte económico de los medios de subsistencia de las comunidades locales en las zonas marino-costeras, el turismo y en especial la excepción otorgada a Guatemala por parte de la Convención Interamericana para la Protección y la Conservación de las tortugas marinas –CIT.
Las especies de tortugas marinas que se observan en Guatemala utilizan nuestros mares y costas como áreas de migración, reproducción, zonas para alimentarse, descansar y anidar. Su relación con los ecosistemas es relevante, la presencia de estas especies evidencia la buena salud de los océanos además generan un intercambio y reciclaje de materiales marinos.
Los tortugarios en Guatemala tienen una base comunitaria y con participación del sector privado para hacer cumplir la cuota de conservación, la mayoría de los huevos incubados son productos de la entrega voluntaria por recolectores o parlameros locales. Los tortugarios son los puntos focales para una variedad de actividades ambientales dentro de la comunidad, incluyendo educación ambiental, investigación y turismo sostenible.
Entre las principales amenazas que enfrentan las tortugas marinas son:
En la costa del Pacífico las especies que visitan las playas son:
En la Temporada 2022-2023 el CONAP y colaboradores en el Litoral del Pacífico realizaron la liberación de (517,238) neonatos. En la temporada anterior en el Parque Nacional Sipacate Naranjo se sembraron alrededor de 67 mil huevos de tortugas marinas, para este 2024 hasta la fecha se tiene un dato de 24 mil aproximadamente.
El CONAP junto a WCS enfocan esfuerzos en dar a conocer la riqueza de estas áreas y que la población se involucre en acciones para su protección. Las áreas marino-costeras que se están impulsando tienen categoría de Áreas de Uso Múltiple, lo que significa que se permiten actividades que impulsen el desarrollo sostenible y el bienestar de los habitantes que viven y dependen de los recursos naturales.
CONAP impulsa su Agenda Marina en Guatemala, para lograr que los ecosistemas marinos y costeros tengan mayor representación y formen parte del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas. Actualmente menos del 2% está representado por áreas marino-costeras.
Fuente: CONAP