Es terrestre y gregario, le gusta formar manadas de 50 a 300 individuos y puede encontrarse en las 5 Grandes Selvas. Lamentablemente, según las investigaciones, los pecaríes de labios blancos han disminuido entre un 87% y un 90% de su área de distribución histórica en Centroamérica.
Es un animal generalmente diurno, que recorre largas distancias, ¡hasta 10 km al día! Además, los pecaríes desempeñan un papel ecológico fundamental al dispersar semillas y crear pozos de agua que benefician a otros animales.
En la lista roja de la UICN figura como especie vulnerable, pero las poblaciones de Mesoamérica están en peligro crítico y en declive. Se enfrenta a muchas amenazas, como la pérdida de hábitat por la expansión de la ganadería y las epidemias de enfermedades transmitidas por animales domésticos, y la caza ilegal. La caza también ha contribuido al declive del pecarí de labios blancos, ya que con frecuencia se masacra a un gran número de pecaríes a la vez, especialmente durante la estación seca, cuando se congregan en los pozos de agua. La carne de pecarí de labios blancos se utiliza para el consumo local, pero también es apreciada en los mercados ilícitos y es objetivo de los cazadores deportivos y de mercado.
Aunque las estimaciones de la población de pecaríes de labios blancos son difíciles de calcular con precisión, los expertos estiman que estas mismas zonas transfronterizas probablemente albergan las mayores poblaciones de pecaríes restantes. Por ejemplo, toda la Selva Maya, en México, Belice y Guatemala, alberga el mayor reducto de población de pecaríes de labios blancos de Mesoamérica, con una población estimada de unos 5.000 individuos. Los remotos bosques de la Moskitia binacional, que abarca Nicaragua y Honduras, pueden albergar unos 3.000 pecaríes de labios blancos.