Las guacamayas rojas (Ara macao) continúan anidando en los árboles dentro de la Concesión Forestal Comunitaria La Corona-El Morgan, en la Reserva de la Biosfera Maya, Guatemala. A pesar de los incendios forestales severos en la región, el bosque ha demostrado su resiliencia, permitiendo la continuidad de la anidación de esta emblemática especie. Gracias a la protección de los nidos y el monitoreo constante, se ha asegurado la reproducción de las guacamayas en la zona.
Especies arbóreas como el Cantemó (Acacia glomerosa), de gran altura y madera resistente, ofrecen cavidades naturales que brindan un entorno seguro para la incubación y el desarrollo de los polluelos, asegurando condiciones óptimas para su reproducción.
El monitoreo de nidos es clave para el éxito de este proceso. En cada temporada, un equipo conformado por biólogos y técnicos de campo comunitarios capacitados, registran la cantidad de huevos, evalúan el estado de salud y garantizan que los nidos se mantengan en condiciones seguras. Esta vigilancia permite detectar amenazas como desnutrición, parásitos, depredadores, saqueo o inestabilidad en los árboles, lo que facilita la toma de decisiones informadas sobre el manejo de cada nido.
“En nuestro laboratorio de campo en el Parque Nacional Laguna del Tigre, fuimos testigos de la eclosión del primer pichón de guacamaya roja de la temporada 2025, el 17 de marzo, marcando el inicio de una nueva generación en esta zona estratégica", señala Rony García-Anleu, director del departamento de investigaciones biológicas de WCS Guatemala.
La restauración del paisaje forestal es una estrategia que beneficia a los bosques degradados por incendios, permitiendo la recuperación del hábitat para muchas especies de aves y mamíferos que dependen de estos ecosistemas. Con la reforestación de árboles como la caoba (Swietenia macrophylla), ramón (Brosimum alicastrum) y el aceituno (Simarouba glauca), se proveen fuentes de alimento, refugio y sitios de anidación, fortaleciendo la conectividad ecológica y asegurando la resiliencia del ecosistema.
Aunque los avances son alentadores, los procesos de protección y restauración de bosques enfrentan desafíos. Las amenazas como los incendios forestales y las usurpaciones ilegales siguen poniendo en riesgo a la Selva Maya. Por esta razón, las acciones de conservación deben continuar a través de trabajo coordinado entre el gobierno, la sociedad civil, las comunidades y las concesiones forestales comunitarias, que se presentan como una estrategia exitosa para la protección a largo plazo.
El laboratorio de incubación artificial: clave para el éxito reproductivo
Operado por WCS Guatemala en alianza con el CONAP y sus socios, el laboratorio de manejo de pichones tiene un componente de incubación artificial que simula cuidadosamente las condiciones óptimas para el desarrollo de los huevos de guacamaya roja. Equipado con tecnología avanzada, el laboratorio controla la temperatura, humedad y otros factores esenciales para maximizar la supervivencia y crecimiento adecuado de los polluelos.
Cuando se identifica un nido en riesgo —ya sea por la inestabilidad del árbol, presencia de depredadores o señales de abandono— se toman decisiones basadas en criterios técnicos rigurosos. Los huevos son extraídos con cuidado y trasladados en condiciones controladas al laboratorio. Allí, la incubación, dura aproximadamente entre 24 y 28 días e incluye el monitoreo constante del desarrollo embrionario, la rotación manual de los huevos y la detección de problemas como infecciones o embriones no viables. Una vez que los pichones eclosionan, reciben atención especializada hasta que alcanzan el estado adecuado para ser liberados en su hábitat natural, completando así el proceso de fortalecimiento poblacional de esta emblemática especie.
Avances y colaboración en la recuperación ecológica
A casi un año de la firma del Contrato de Concesión para el Aprovechamiento y Manejo Integral de los Recursos Naturales Renovables de La Corona-El Morgan —que abarca más de 376 km²— los avances en la reproducción de guacamaya roja en esta zona brindan esperanza y destacan la resiliencia del ecosistema. Además, este trabajo muestra que las alianzas son estratégicas cuando se enfrentan severas amenazas, y en este caso el trabajo coordinado estrechamente con los concesionarios y el CONAP nos permite mantener los esfuerzos de conservación en esta área tan vulnerable de la Reserva de Biosfera Maya.
Las concesiones forestales comunitarias continúan consolidándose como un modelo efectivo que promueve la coexistencia entre las comunidades locales y la biodiversidad, asegurando la conservación a largo plazo de áreas protegidas como la Reserva de Biosfera Maya.
Este progreso es el resultado de la colaboración entre el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), Wildlife Conservation Society (WCS), el Fondo de Paisajes Biodiversos (BLF por sus siglas en inglés), y varios aliados estratégicos, incluyendo Grupo AJE, Agroamerica, Naturaceites, Grupo HAME, Merlina Barnes, Oregon State University, Tulsa Zoo y Liz Clairborne and Art Ortenberd Foundation.
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