Cada 20 de marzo se celebra el Día Mundial de la Rana para generar conciencia sobre la crisis que enfrentan estos anfibios. Debido a su alta sensibilidad a los cambios ambientales, las ranas son excelentes bioindicadores. Su declive puede reflejar el deterioro de ecosistemas acuáticos y terrestres, incluyendo la contaminación del agua, la deforestación y el cambio climático.
En la región del Trifinio, un área compartida por Guatemala, Honduras y El Salvador, habita una especie de rana única y poco conocida: Leptodactylus silvanimbus. Su nombre, derivado de los términos latinos silva (bosque) y nimbus (nube), hace honor a su hogar en los bosques nubosos de la Sierra de Celaque y la Cordillera del Merendón, Honduras. Vive entre los 1,470 y 2,000 metros sobre el nivel del mar, en ambientes húmedos y con cuerpos de agua esenciales para su reproducción.
Sin embargo, su situación es preocupante. A pesar de los esfuerzos de conservación y monitoreo, no se ha registrado en los últimos años, lo que ha generado incertidumbre sobre su estado actual. Su hábitat en lo profundo de los bosques y su comportamiento esquivo, la convierten en una especie extremadamente difícil de documentar. Por esta razón, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la ha catalogado como en peligro crítico, lo que resalta la urgencia de proteger los ecosistemas donde podría aún sobrevivir.
Pero no todo son malas noticias. Afortunadamente, en la región aún se pueden encontrar otras especies de anfibios, y hoy te compartimos algunos de los registros recientes de Honduras y Guatemala:
Especies de ranas registradas en La Moskitia, Honduras. Fotos por Manfredo Turcios-Casco de WCS-Honduras Nicaragua
Monitoreo biológico y espectrogramas: una ventana al mundo de las ranas
El monitoreo biológico es una herramienta clave para estudiar la biodiversidad de una región. Mediante tecnologías como cámaras trampa y grabaciones bioacústicas, es posible realizar un seguimiento detallado de las especies sin alterar su comportamiento. La bioacústica, por ejemplo, permite analizar múltiples parámetros en los espectrogramas, como la frecuencia, duración e intensidad de los llamados, los cuales son característicos de cada especie.
Un ejemplo de esta técnica es el registro de Smilisca baudinii (Common Mexican Treefrog) en un bebedero artificial del Parque Nacional Mirador-Río Azul, Guatemala, documentado junto con su espectrograma por el Departamento de Investigaciones Biológicas de WCS Guatemala.
Smilisca baudinii (Common Mexican Treefrog), en uno de los bebedores artificiales del Parque Nacional Mirador-Rio Azul y su espectograma. Registro por Departamento de Investigaciones Biológicas de WCS Guatemala.
Registro por Departamento de Investigaciones Biológicas de WCS Guatemala.
La protección de los anfibios dependerá de la colaboración entre comunidades locales, investigadores y tomadores de decisiones para garantizar la permanencia de estos ecosistemas esenciales.
Los esfuerzos de monitoreo biológico se realizan en el marco del Fondo de Paisajes Biodiversos, financiado por el Gobierno del Reino Unido e implementado por Widlife Conservation Society (WCS) y sus socios en la región, abarcando desde los bosques nubosos del Trifinio hasta la Moskitia de Honduras y la Selva Maya de Belice y Guatemala.
Texto por Mario Jolon, Rony García-Anleu, Manfredo Turcios-Casco y Claudia Novelo Alpuche.