Espacio de confluencia del mundo andino y amazónico, que dio lugar a influencias culturales mutuas y al intercambio comercial de productos de diferentes zonas ecológicas.
Existen testimonios arqueológicos de contactos tempranos entre el mundo andino y amazónico. Las piezas de cerámica tiwanacotas, halladas en la isla de Pariti (en el lago Titicaca), están decoradas con figuras de monos, felinos y ofidios de la vertiente oriental andina.
Durante la época incaica estos contactos se intensificaron. La penetración de los incas en la región amazónica llegó hasta la confluencia de los ríos Madre de Dios y Beni. Existen restos arqueológicos del camino del inca en varias direcciones, desde la zona de Pelechuco, las pampas de Apolo y el río Tuichi, y desde Ixiamas al río Beni.
El territorio kallawaya ocupó una posición clave en los circuitos comerciales y rituales. Era una zona de contacto entre los grupos culturales de las tierras altas y las tierras bajas.
Las relaciones de intercambio favorecieron el comercio de productos tropicales (cera, miel, plumas, almendra, madera, plantas medicinales) y los intercambios simbólicos y culturales entre las culturas andinas y amazónicas: iniciación de los chamanes en la selva, el carácter sagrado de los felinos, sobre todo del jaguar, tanto en las culturas andinas como amazónicas y los ritos a la madre tierra o pachamama. Es posible que los intercambios comerciales se realizaran en lugares intermedios entre la región altoandina y el llano amazónico, como Pelechuco y Apolo.