Los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica

Una iniciativa regional para el clima, la biodiversidad y las comunidades

Desde la Selva Maya hasta El Darién en Panamá y Colombia, Los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica albergan el 7% de la biodiversidad mundial, incluyendo especies en peligro de extinción como el jaguar, la guacamaya roja, el pecarí de labios blancos y el mono araña, entre otras especies emblemáticas. En conjunto, la extensión de estos bosques es de más de 120 mil km2. Comparable a casi dos veces el tamaño de Panamá, más del doble del área de Costa Rica y tres veces el tamaño de Suiza.

Los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica son: La Selva Maya en México, Guatemala y Belice; La Moskitia en Nicaragua y Honduras; Indio Maíz-Tortuguero en Nicaragua y Costa Rica; La Amistad en Costa Rica y Panamá; y El Darién en Panamá y Colombia.

Las poblaciones más vulnerables de Mesoamérica al cambio climático, los pueblos indígenas y las comunidades forestales locales, gestionan y protegen la mitad de la superficie forestal que queda en los cinco bosques, y dependen de sus recursos para su seguridad alimentaria, sus ingresos y su identidad cultural, entre otras cosas. Cuando se dan las condiciones adecuadas, esta relación es mutuamente beneficiosa. Los bosques gestionados por pueblos indígenas con tenencia segura de la tierra tienen tasas de deforestación mucho más bajas que los bosques situados fuera de las tierras indígenas. 

El cambio climático tiene efectos diversos en las distintas regiones geográficas, pero también afecta a las personas de forma diferente en función de su contexto sociocultural. Es probable que mujeres y hombres, pueblos indígenas y no indígenas experimenten el cambio climático de forma diferente, con desigualdades de género y étnicas comunes que perviven y persisten en todo el mundo.

La Alianza de los 5 Grandes Bosques, que incluye a gobiernos, ONGs, instituciones académicas, pueblos indígenas y comunidades locales asociadas, ha anunciado su compromiso de proteger los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica y que son fundamentales para la vida silvestre, el secuestro de carbono, el agua limpia y la seguridad alimentaria de cinco millones de personas.

Mapa de ubicación de Los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica por Marco Martínez (WCS)
Mapa de referencia de Los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica  · Google Earth

News

abril 26, 2024

Día mundial del tapir: El jardinero de la selva

Existen cuatro especies de tapir en el mundo y Centroamérica es hogar de la especie Tapirus bairdii, también conocido como danta o danto, considerado un símbolo de la selva, presente en mitos y leyendas de diversas comunidades indígenas. Este 27 de abril, celebramos su presencia en los Grandes Bosques de Mesoamérica, ya que desempeñan un papel crucial en la dispersión de semillas, contribuyendo así a la regeneración de los bosques tropicales donde habitan. Su distribución abarca el sur de México, Guatemala, Belice, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, noroeste de Colombia (regiones de Chocó y Darién) e históricamente en El Salvador.

abril 9, 2024

Fondo de Paisajes Biodiversos inicia actividades en Trifinio

El Fondo de Paisajes Biodiversos del Reino Unido es una iniciativa global que cubre seis valiosos puntos críticos de biodiversidad en todo el mundo. En Mesoamérica invertirá hasta aproximadamente US$19 millones durante los próximos seis años. En Guatemala y Honduras, el fondo cubrirá las zonas de Selva Maya, Trifinio y Mosquitia.

abril 6, 2024

Firma de Contrato de Concesión para el aprovechamiento y manejo integral de los recursos naturales renovables de la Unidad de Manejo “La Corona – El Morgan”

Firma de Contrato de Concesión para el aprovechamiento y manejo integral de los recursos naturales renovables de la Unidad de Manejo “La Corona – El Morgan” en la Zona de Uso Múltiple (ZUM) de la Reserva de la Biosfera Maya (RBM), el cual se otorgó por 30 años

marzo 22, 2024

Panorama global y pronóstico para Mesoamérica y sus grandes bosques ante los impactos del Niño

Si consideramos los patrones históricos durante los años de El Niño, particularmente los efectos observados en Mesoamérica durante temporadas secas y de incendios, podríamos anticipar para este año consecuencias similares a las vividas en momentos críticos anteriores. Por ejemplo, en 1998, El Niño contribuyó a una de las temporadas de incendios más severas, devastando extensas áreas de la Selva Maya, afectando la biodiversidad y exponiendo las comunidades a niveles críticos de contaminación por humo.

 


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