Cada año, millones de aves migratorias realizan viajes transfronterizos para pasar los inviernos boreales en Centro y Sudamérica. Desde paisajes tan diferentes como la ciudad de Nueva York y el bosque de la costa de Mosquitos (entre Nicaragua y Honduras), especies como el Zorzalito maculado (Hylocichla mustelina), se enfrentan a diversas amenazas a lo largo del continente. Las amenazas incluyen el cambio climático, pérdida y fragmentación del hábitat, incendios forestales, uso de agroquímicos, contaminación del aire, tráfico de vida silvestre, entre otros.
¿Por qué es importante la conservación de las aves? En palabras de Marcial Córdova, coordinador del Programa de Aves de WCS Guatemala: “Las aves tienen una función polinizadora, además ayudan a eliminar las plagas y, sobre todo, a cultivar los bosques”.
Foto: Todos los participantes se capacitaron y mejoraron sus técnicas para el manejo físico de las aves, incluyendo la extracción de aves de las redes y colocación de anillos.
Por ello, existen múltiples esfuerzos desde las comunidades, organizaciones no gubernamentales, academia y gobiernos para implementar iniciativas que disminuyan las amenazas y dirigir financiamiento para su conservación. En ese contexto, se diseñó el “Taller conjunto de Certificación NABC de Anillamiento de Aves y el Bird Genoscape Project, con introducción a Motus” donde participaron más de 25 especialistas en aves de Belice, Guatemala, México, Nicaragua, España y Estados Unidos de América. Se escuchó castellano, inglés y criollo, pero todos se mantienen unidos por una causa común: entender la ecología de las aves a través de su ciclo biológico anual completo y las rutas migratorias, para mejorar las estrategias de conservación.
Foto: Río San Pedro. Estación Biológica “Las Guacamayas”, Parque Nacional “Laguna del Tigre”, Guatemala.
El taller impartido en la Estación Biológica “Las Guacamayas”, ubicada en la Selva Maya de Guatemala, consistió en un entrenamiento de 9 días para que los participantes se certifiquen como anilladores de aves por parte del North American Banding Council (NABC).
Pero ¿qué es exactamente el anillamiento? Es una técnica mediante la cual se coloca un anillo metálico con un número único de identificación en la pata del ave y posteriormente se analiza para recopilar datos importantes: identificación de la especie, muda, sexo, edad, peso, condición de salud, estado reproductor y así calcular sus tasas vitales, información que es almacenada en la base de datos de las estaciones del programa MoSI (Monitoreo de Sobrevivencia Invernal).
Las estaciones MoSI son parte de una red colaborativa de monitoreo del Institute for Bird Populations (IBP) que actualmente cuenta con más de 250 estaciones en 22 países. Con el registro y anillamiento de aves, es posible responder preguntas como: ¿Dónde están las amenazas más severas para la sobrevivencia de las especies? ¿En los sitios de reproducción o en los sitios de invernada? ¿Qué factores detonan la disminución de las poblaciones? ¿Qué podemos hacer para revertir los declives?.
Las aves fueron manipuladas bajo un protocolo estricto de seguridad y ética.
Para realizar todo el proceso de anillamiento, las aves son manipuladas cuidadosamente para evitar el menor daño, siguiendo una metodología aprobada por NABC. Para capturarlas, se colocan redes desde las primeras horas de la mañana, que son revisadas cada 30 minutos. Las aves se desenredan de forma segura, mientras una mesa les espera en el monte de la Selva Maya, con variedad de herramientas y libros. Con el ave en mano, se registran diversos datos en el sistema MoSI. Los instructores supervisan todo el proceso, en un diálogo constante, se anota el registro y se libera el ave.
Steve Albert del Institute for Bird Populations explica que “La red sistémica de estaciones de anillamiento de aves del programa MoSI, puede ser indicadora de lo que sucede en el medio ambiente, ya que a lo largo de sus vidas las aves acumulan tóxicos y manifiestan los efectos del cambio climático muy fuertemente. Por ejemplo, las primeras señales de los peligros del plomo en el medio ambiente se obtuvieron a través de estudios con aves", detalla el investigador.
Sobre la edad de las aves, Holly Garrod de BirdsCaribbean, aclara que únicamente se puede estimar si son más jóvenes o más viejas. No es posible calcular exactamente si tienen tres o cinco años, pero durante las recapturas es posible obtener datos más precisos de cuánto tiempo viven.
“Una cosa que me impresionó mucho, cuando empecé a anillar, fue que capturamos una reinita de Wilson (Cardenilla pusilla), que es un ave migratoria de unos 10 gramos. Y capturamos ese mismo pájaro en California y cuando buscamos su número de anillo, descubrimos que tenía 10 años. Y eso significa que las hemos encontrado invernando en Costa Rica, así que quizás no sepamos exactamente dónde ha pasado el invierno, pero significa que ese pájaro ha ido y venido entre EE. UU. y América Central 20 veces, esencialmente ha ido una vez y ha vuelto una vez y ha vuelto… Tener en la mano un pájaro de 10 años, un pájaro que podríamos pensar que no vive más de dos o tres años, es impresionante para mí.
-Holly Garrod-
El taller también contó con sesiones teóricas, como la impartida por la Dra. Kristen Ruegg, directora del Bird Genoscape Project. El Bird Genoscape Project utiliza la genómica para comprender la conectividad migratoria de las especies de aves, identificando las subpoblaciones que existen en toda el área de reproducción de una especie migratoria e investigando adónde van esas subpoblaciones durante el invierno boreal. El proyecto consiste en una red de investigadores que rastrean las poblaciones migratorias de las aves utilizando el ADN de las plumas. Actualmente cuentan con una colección de muestras de plumas de 200.000 aves de Norte, Centro y Sudamérica, que utilizan para crear un mapa de conectividad de 100 especies migratorias de Norteamérica. La lista de especies puede ser consultada aquí.
Mapa por Bird Genoscape Project. La creación de un “genoscape” (o paisaje genómico) de una especie permite comprender mejor las tendencias específicas de la población y las amenazas que las provocan.
Por otro lado, Adam Hannuskela, ornitólogo de la Sonoran Joint Venture, compartió una presentación sobre las estaciones Motus, una red internacional de investigación que utiliza la radiotelemetría para rastrear a las aves. Aunque la recaptura de un ave anillada particular en una estación MoSI es improbable, las estaciones Motus están continuamente activas y captan las señales de radio de cualquier ave marcada que pase en un radio de unos 15 kilómetros, por lo que la red Motus creciente nos permite saber mucho más rápidamente hacia dónde van las aves individuales y los patrones de migración de las especies. Así mismo, Adam realizó una demostración del equipo y los pasos necesarios para instalar un emisor en el dorso de las aves. Actualmente existen estaciones Motus en Canadá, Estados Unidos de América y algunos países de Latinoamérica como Guatemala, Belice, Colombia y el Cono Sur.
En su intervención, Sarah Fanelli, Gerente de Proyectos del Programa Internacional de Asistencia Técnica (ITAP) del Departamento del Interior de los Estados Unidos (DOI), explicó sobre las áreas de impacto del proyecto Selva Maya que abarca los tres países; Guatemala, Belice y México y que provee asistencia técnica en temas de biodiversidad en las áreas protegidas.
“El trabajo que DOI y USAID Guatemala realizan en este proyecto ayuda a proveer la integridad biológica de la Selva Maya y este taller es un ejemplo de ello”.
-Sarah Fanelli-
Abidas Ash, Amanda Carpenter, Sheela Turbek, Holly Garrod, Juan Carlos Fernández-Ordóñez y Sergio Gómez también compartieron sobre sus proyectos, metodologías y resultados en sus respectivos países.
En total se logró certificar 2 de los participantes como anilladores y 8 como asistentes de anillamiento. La rigurosa certificación apoya a los anilladores a generar información de alta calidad y asegura el menor impacto posible a las aves evaluadas. El proceso es muy exigente, ya que requiere días de formación y revisión de técnicas complejas y en constante evolución.
Foto: Los participantes en la Estación Biológica “Las Guacamayas” al finalizar el taller.
“La oportunidad de venir acá y tener a disponibilidad entrenadores que te puedan decir cómo son los procesos de muda, qué diferencia hay entre un plumaje y otro, por qué vienen, qué es lo que están haciendo acá en cuanto a cambio de plumaje y estado reproductivo. Para los que trabajamos con aves, es una oportunidad única para el aprendizaje de sus poblaciones y rutas en Centroamérica.”
-Heydi Herrera-
“¿Tienes algún ave favorita, Steve?” “-No, de verdad no, no tengo ninguna favorita. A mí me encantan todas, hasta los cóndores, hasta los chipes más pequeños.”
-Steve Albert-
Los participantes provinieron de organizaciones como; Wildlife Conservation Society (WCS), FUNDAECO, University of Belize, Environmental Research Institute (UB ERI), Belize Audubon Society (BAS), Foundation for Wildlife Conservation (FWC), Sonoran Joint Venture, Toledo Institute for Development and Environment (TIDE) e International Technical Assistance Program (ITAP) of the U.S. Department of the Interior (DOI).
Este taller fue financiado por USAID Guatemala, el U.S. Department of the Interior (DOI), una subvención a K. Ruegg del National Science Foundation (Award #1942313), el U.S. Fish and Wildlife Service a través de una subvención NMBCA concedida al programa WCS Nicaragua, el North American Banding Council, Balam y la Wildlife Conservation Society (WCS).
Para mayor información sobre el Programa de Aves de WCS Mesoamérica contacta a:
Anna Lello Smith / alellosmith@wcs.org
Medios de comunicación / Claudia Novelo Alpuche cnovelo@wcs.org
Texto realizado por el equipo de WCS Mesoamérica y el Caribe y otros colaboradores / Fotos por Claudia Novelo Alpuche