Fuente: Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques
La Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMBP) lideró la primera Semana Climática Mesoamericana celebrada en Ciudad de Panamá del 13 al 16 de junio del 2023, para dar a conocer y destacar las experiencias territoriales de los Pueblos Indígenas y Comunidades Locales en la gestión de los bosques, su cuido y conservación.
El evento reunió a más de 200 personas, entre ellas 80 líderes y lideresas de la región y el mundo. Sus voces se unieron para llamar a la acción y avanzar en el financiamiento directo a proyectos enfocados en la preservación de sus territorios. Además, tuvieron espacios de diálogo con autoridades políticas de la región, ONG ‘s, donantes y otras organizaciones de sociedad civil para continuar protegiendo los bosques y ecosistemas en beneficio de toda la humanidad.
Estos cuatro días permitieron crear una agenda propia, más inclusiva, justa y democrática en la cual las voces de los territorios pudieron expresarse con propiedad y tiempo. El diálogo se centró en cuatro diferentes ejes temáticos: Financiamiento Directo, Fortalecimiento de Capacidades, Agricultura Ancestral, Gobernanza Territorial y Manejo Forestal. Aquí puedes ver las grabaciones del evento
Una semana con lanzamientos importantes
Durante la Semana Climática Mesoamericana, se llevaron a cabo importantes lanzamientos, incluyendo la propuesta de capa adicional sobre los derechos de los Pueblos Indígenas y Comunidades Locales (PICL) dentro del estándar ART TREES. Este planteamiento se basa en principios y procedimientos que buscan impulsar el mercado de carbono de alta integridad, basado en acuerdos de derecho internacional y nacional. Esto asegura la inclusión libre e informada y la práctica efectiva de las salvaguardas en términos de derechos de PICL de manera preventiva y no reactiva. Dicha propuesta fue un esfuerzo colectivo de líderes indígenas y comunitarios de toda la región, que se dieron a la tarea de definir estos lineamientos para poder ejercer su autodeterminación cuando gobiernos y compañías buscan carbonos albergados en sus territorios.
La Coordinadora de Mujeres Líderes Territoriales de Mesoamérica presentó el Plan Regional de Género y Cambio Climático, como una iniciativa clave para abordar los desafíos actuales en la región. Este plan es resultado de un proceso de cocreación de varios meses e incluye propuestas para fortalecer los modelos organizativos comunitarios, aumentar el acceso a la tierra para las mujeres, fortalecer sus capacidades de producción desde la agricultura ancestral, promover el intercambio de saberes y apoyar iniciativas de aprendizaje y conservación de los saberes y prácticas culturales; así como la creación de instrumentos financieros seguros, accesibles y adaptados a las necesidades reales de nuestras comunidades.
También, fue sede del lanzamiento de la segunda edición del estudio ¿Quién es el dueño de la tierra en el mundo?, de la Iniciativa para los Derechos y Recursos (RRI), que analiza la extensión de tierra legalmente reconocida como propiedad, o que ha sido asignada por los gobiernos nacionales a Pueblos Indígenas, Pueblos Afrodescendientes y comunidades locales de todo el mundo.
Este estudio menciona que en los últimos 5 años, a nivel global, el área de tierras designadas y con titulación legal aumentó sólo un 0,9%. En Mesoamérica la cifra sólo aumentó un 0,5%. La lentitud de este proceso alarma a los pueblos y comunidades, ya que nos encontramos en una ventana crítica para la conservación ambiental para actuar frente a la crisis climática.
Además, señala que más de un tercio del suelo total de la región es manejado por los Pueblos Indígenas, Comunidades Locales y Afrodescendientes. En países como Guatemala, más del 40% del total del país es protegido por los PICL, pero solo el 18.55% es legalmente reconocido. La tenencia de la tierra por pueblos y comunidades es la manera más eficiente para mitigar la deforestación, incluso mejor que los parques nacionales y esfuerzos privados. Sin embargo, en los últimos 20 años, se ha perdido una cuarta parte de su riqueza natural total. La pérdida se debe mayormente a la ganadería; el narcotráfico y el crimen organizado.
Nuevas oportunidades para la región
Al finalizar la jornada la Junta Directiva de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques compartió algunas de las conclusiones por cada uno de los ejes temáticos que se abordaron durante la semana.
En cuanto a la perspectiva multidimensional sobre las oportunidades y retos del financiamiento territorial directo para los PICLs de la región Mesoamericana, se concluyó que el Fondo Territorial Mesoamericano es un mecanismo real y efectivo para la inversión directa en los territorios indígenas y comunidades locales. Es fundamental contar con financiamiento de preinversión que permita fortalecer las capacidades locales en la formulación de proyectos, seguimiento y documentación de las actividades. Asimismo, los ejercicios de financiación deben reconocer el valor económico de las acciones locales que están llevando a cabo para la gobernanza territorial.
Los PICL no son sólo beneficiarios, sino actores y sujetos de transformación capaces de superar las brechas de desigualdad y los rezagos históricos. Varios líderes como Juan Carlos Jintiach de la Alianza Global de Comunidades Territoriales (GATC) compartieron sus puntos de vista sobre este tema.
“Dame las condiciones para sentarme en la mesa. No me veas como un beneficiario, sino como un socio de la vida. Doy el oxígeno, doy mi vida para la lucha contra el cambio climático”, aseguró Jintiach.
Además se destacó la relevancia del diálogo intergeneracional entre los conocedores mayores y los jóvenes en los esfuerzos por combatir el cambio climático en los territorios. La Escuela Mesoamericana de Liderazgo (EML), una de las unidades semiautónomas de la AMPB, fue reconocida como una expresión de la importancia de la preservación de la naturaleza para el logro de un desarrollo sostenible positivo para los PICLs. Y se enfatizó en que la creación de capacidades y la formación de jóvenes es una prioridad para nuestras y debe serlo para la cooperación.
En cuanto al fortalecimiento de capacidades y construcción de liderazgo en materia de cambio climático desde las juventudes indígenas-locales de Mesoamérica, se enfatizó en la importancia de integrar a los jóvenes en los procesos de formulación, negociación e incidencia de las organizaciones comunitarias.
“Muchas veces la juventud está, pero no se les escucha. Queremos espacios firmes para trabajar juntos”, afirmó Yanisbeth Gonzalez -de la EML).
En cuanto al papel de las mujeres indígenas y de comunidades locales como fuente de conocimiento tradicional en la agricultura y otras prácticas en beneficio de la gestión del cambio climático, se destacó la necesidad de posicionar sus agendas particulares en los procesos de diálogo, participación y negociación. Del mismo modo, se resaltó la importancia de revisar e incidir en las políticas estatales para garantizar la participación efectiva de las mujeres en el desarrollo de sus territorios.
“Estamos buscando que las mujeres no seamos apartadas de las gobernanzas, estamos buscando que las mujeres seamos protagonistas. Que las mujeres podamos estar en la toma de decisiones”, explicó Sara Omi— Coordinadora de la Coordinadora de Mujeres Líderes Territoriales de Mesoamérica (CMLT).
En este sentido, se subrayó la importancia de mejorar los derechos de las mujeres a la propiedad y la tenencia segura de tierras, que influye muy positivamente sobre el empoderamiento, la inversión, la gestión de los recursos naturales y el acceso a servicios e instituciones.
En el tema de fortalecimiento de la gobernanza territorial como solución a la creciente inseguridad ciudadana e inobservancia de los PICL, se discutió la necesidad de desarrollar y apoyar acciones participativas desde la cosmovisión comunitaria, para mitigar los impactos territoriales derivados de desastres cuyas causas y responsabilidades se encuentran, en su mayor parte, fuera de los territorios.
Es necesario contar con un Observatorio Regional sobre la Violencia y la Criminalización de Líderes y construir un modelo que apoye con los aspectos legales, que visibilice y atienda los impactos en la comunidad y evite la revictimización. Además, es trascendental fortalecer la gobernanza para reducir la inseguridad territorial, e indagar en las causas complejas de la violencia.
“La lucha se gana a través de la defensa sostenida y continuada de nuestras tierras y territorios, y la mejor manera de hacerlo es fortaleciendo los gobiernos territoriales, y nuestros sistemas de gobierno tradicionales”, compartió en el conversatorio de justicia climática Christina Coc, quien forma parte de las Líderes Mayas del Sur de Belice.
Durante todo el evento se hizo un llamado a los medios de comunicación a trabajar de manera cercana y con datos para debilitar el discurso que criminaliza los esfuerzos territoriales. Y a las organizaciones, centros de investigación y donantes que apoyan a PICL para que continúen en los esfuerzos para lograr enfoques cooperativos e incluyentes.
“Si ustedes, los grandes donantes no cambian su visión, no vamos a solucionar los problemas. Vivimos bajo el mismo techo, comemos en la misma mesa y cuando vamos al otro mundo vamos a la misma tierra, les pido unidad, hermandad, igualdad, a la lucha”, solicitó Briceida Iglesias de la Red de Mujeres Bundorgan.
Este fue organizado por la AMPB con el apoyo de la Fundación Indígena FSC (FSC-IF) y la Alianza Global de Comunidades Territoriales (AGCT), Alianza Global de Pueblos Indígenas por los Derechos y el Desarrollo (IPARD), Rights and Resources Initiative (RRI), Love for Life, Wildlife Conservation Society (WCS), Green Climate Fund, Agroecology Fund, Cooperación Alemana al Desarrollo, GIZ, REGEN10, Trees, Water& People, Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB), Asociación de Mujeres Artesanas Emberá y Eviromental Defense Fund.
Fuente: Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques