El Oso Andino se encuentra por lo general en áreas de difícil acceso, como lo son los bosques montanos y paramos, y debido a esto es una especie muy difícil de observar en su hábitat. Sin embargo, al ser un animal de gran tamaño deja muchas señales y rastros de su actividad.
Los individuos se mueven, comen, duermen, y excretan, y todas estas señales pueden ser observadas sin mucha dificultad.
En el caso particular del Oso Andino, los individuos dejan señales conspicuas en forma de
senderos a través de las rutas usadas de manera frecuente para movilizarse de un lado a otro.
A lo largo de estos senderos podemos encontrar una gran cantidad de señales de presencia y actividad tales como
comederos,
dormideros o
huellas de diversos tipos.
Adicionalmente a todas estas señales de actividad, es muy común encontrar a lo largo de estos senderos gran cantidad de
marcas de garras en el tronco de los árboles. Estas señales son el producto de la conducta de
marcaje o son las
huellas del ascenso de individuos ya sea para alimentarse de
bromelias epifitas o frutos, o para descansar en las plataformas de ramas en forma de
nidos que construyen en lo más alto de las copas de los árboles.
Así mismo podemos conseguir
Encames tanto en los más alto de los árboles como en el suelo, cerca de los comederos. A lo largo del sendero, o al lado de los nidos no es raro encontrar Excretas.