Acerca de los Llanos de Moxos

Los Llanos de Moxos

¿Cuál es la importancia de los Llanos de Moxos en la región Amazónica?

Los Llanos de Moxos constituyen el ecosistema de sabanas y humedales más extenso de la Amazonia (120.000 km²). Es una zona de confluencia de cuatro regiones biogeográficas: la Amazonía, el Cerrado, la Chiquitanía y el Chaco. Tres grandes ríos: el Beni, el Mamoré y el Iténez discurren por esta región y, en su unión, forman el río Madera, el tributario más importante de la cuenca amazónica, que aporta el 20 % de su caudal y el 50 % de los nutrisedimentos. Los Llanos de Moxos son por ello un sitio crucial para el equilibrio ecológico de la Amazonía: sustenta la biodiversidad, modula los flujos de agua, regula el ciclo hidrológico, controla las inundaciones y amortigua los impactos del cambio climático.


La alta diversidad de hábitats de sabana, humedales, islas de bosques y bosques ribereños, dio lugar al desarrollo de una significativa riqueza de flora y fauna. Destacan especies endémicas, emblemáticas y/o en situación de amenaza, como la paraba barba azul (Ara glaucogularis), los monos lucachis endémicos (Plecturocebus modestus y P. olallae), el bufeo (Inia boliviensis), el jaguar (Panthera onca), el borochi (Chrysocyon brachyurus) y el ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus). Los hábitats de agua dulce son los más productivos de la cuenca del Madera y cumplen un papel central en los movimientos migratorios anuales tanto de peces como de aves.

 

La presencia humana en los Llanos de Moxos se remonta 10.000 años atrás. Su interacción con el medio natural moldeó a lo largo del tiempo un paisaje biocultural. La relación entre el ser humano y la naturaleza fue el núcleo de las transformaciones ecológicas y culturales y de influencias mutuas que se dieron en el proceso histórico y que definieron un modelo de ocupación del espacio. El surgimiento de complejos culturales vino acompañado de la construcción de grandes obras hidráulicas que modificaron el paisaje natural. La domesticación de plantas, como la calabaza, la mandioca y el maíz, muestra un desarrollo temprano de la agricultura. Su diversidad lingüística, con un elevado número de lenguas aisladas, es una expresión de la herencia cultural de los pueblos indígenas de esta región.

 

Actualmente, la mitad de los 36 pueblos indígenas de Bolivia se encuentra en el departamento del Beni, donde están los Llanos de Moxos. A través de sus conocimientos y estrategias de vida, han logrado una convivencia armónica con su entorno natural. Comprender a esta región como un sistema interconectado, en sus distintas dimensiones ecológica, sociocultural, histórica e institucional, contribuirá a encontrar un balance entre la conservación de los valores bioculturales y el desarrollo sostenible.