Sharon L. Deem, William B. Karesh et al.
La salud de la vida silvestre en la conservación: con referencia a América Latina
Resumen:
La mayoría de los biólogos conservacionistas dirían que la conservación de la vida silvestre requiere una comprensión de evoluciones biogeográficas, estructuras de comunidad, la dinámica de la población y el comportamiento de los individuos. Un factor adicional que es esencial a la conservación segura es una comprensión de los temas de salud que afectan las poblaciones. De hecho, se puede decir que la meta de la mayoría de los conservacionistas es el mantenimiento de ecosistemas saludables. Aun así, hay que apreciar los componentes que constituyen un ecosistema saludable. Los ecosistemas saludables se basan en una diversidad de poblaciones saludables, cada una de las cuales está compuesta de individuos saludables. Por lo tanto, se puede ver que la meta de la conservación --la protección y gerencia de la biodiversidad-- depende del mantenimiento de individuos saludables. (Por supuesto, como es verdad de todo ser --humano, planta o animal-- cierto nivel de envejecimiento y enfermedad estaría presente en una población sana y “normal”.)
Hoy en día, las enfermedades infecciosas y no infecciosas se van convirtiendo en un reto para la conservación de la vida silvestre debido a su impacto sobre individuos y poblaciones. El papel amplificado de las enfermedades como factor que limita la sobrevivencia de las especies viene de cambios antropogénicos a escala global que tienen influencias directas e indirectas sobre la salud de la vida silvestre. Estos cambios incluyen el crecimiento de la población humana, fragmentación y degradación de hábitat, el aislamiento de poblaciones de especies, y más proximidad de los humanos (y sus animales domésticos) a la vida silvestre.
Estos cambios globales están modificando rápidamente el paisaje de Latinoamérica y afectan de manera significativa nuestra habilidad de llevar a cabo los esfuerzos de conservación en esta región. Específicamente, el desarrollo de muchas áreas de Latinoamérica para la agricultura, producción de ganado, minería, silvicultura, la industria y el turismo; todo esto puede proveer beneficios económicos para la población humana. Pero crea amenazas mayores a los ecosistemas de la región. También se puede ver estos cambios globales continuos como tres procesos amplios que tienen implicaciones profundas para la salud y la conservación de la vida silvestre: alteraciones a paisajes y hábitat, cambios en las poblaciones de la vida silvestre, y los cambios resultantes en la ecología de enfermedades. Para algunos, las distinciones entre estas categorías pueden parecer arbitrarias; y pueden ocurrir simultáneamente, lo cual complica e intensifica sus efectos. Sin embargo, estos tres procesos generales crean un marco conceptual simple para discutir la salud de la vida silvestre en la conservación.
En esta presentación, se discutieron los cambios globales y los procesos generales en el contexto de la salud de la vida silvestre en Latinoamérica, y se ofrecieron también unas sugerencias sobre cómo integrar las ciencias de salud en los esfuerzos de conservación en esta región. Los métodos veterinarios que serán más beneficiosos para la conservación a largo plazo de las especias de Latinoamérica incluyen 1) el entrenamiento de profesionales de la vida silvestre en el diseño e implementación de estudios que incorporan componentes de salud; 2) la integración de evaluaciones de salud o programas de seguimiento e investigación sobre la transmisión de enfermedades entre especies en proyectos de biología en el campo; 3) colaboración entre disciplinas; y 4) la integración de temas de salud en el desarrollo de normas.
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Martha Fandiño-Lozano y William van Wyngaarden
Rol de la fauna en la selección de áreas de conservación biológica
Resumen:
Para prevenir la extinción es necesario contar con cuatro tipos de [áreas de] conservación. Aquellas que: (1) preserven el arreglo natural del paisaje, (2) protejan especies objetivo, (3) sostengan comunidades antropogénicas y (4) regulen flujos corológicos. La fauna tiene un rol exclusivo —distinto al de la flora— en los tipos uno y dos.
En el primero, el criterio de selección es la representatividad del arreglo natural. Su aplicación garantiza que se conserve una fracción de todos ecosistemas manteniendo, además, las proporciones originales entre ellos. Pero ¿cuál es la extensión mínima aceptable de cada uno? La estimación de poblaciones viables de especies sombrilla —que siempre serán animales— se propone como la única manera de aproximarse a valores mínimos de representatividad.
En el segundo, el tipo de conservación mismo se justifica por la existencia de especies de fauna cuya distribución no sigue la organización de componentes en el paisaje. Es el caso de animales migratorios o de aquellos que utilizan un sitio único del planeta en algún momento de su vida. Debido a lo particular de su distribución, pueden no quedar adecuadamente protegidos bajo el primer tipo de conservación ya que, aún representando todos los ecosistemas y patrones espaciales, estos hábitats pueden resultar excluidos en el proceso de selección. En este caso, la distribución espacial de su hábitat funcional es en sí misma un criterio de selección.
Para ilustrar estos dos roles de la fauna en la selección de áreas de conservación biológica, se presenta un estudio de caso: el Odocoileus virginianus en el Santuario de Fauna y Flora de Iguaque, ubicado en Boyacá, Colombia. En esta ejemplificación se utiliza el mismo animal y la misma área para resaltar las diferencias metodológicas en el uso de una especie como sombrilla o como objetivo.
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Vivienne Solís
Del manejo de la vida silvestre al manejo ecosistémico: una visión desde Centroamérica
Resumen:
En Centroamérica, las experiencias de manejo de la vida silvestre han brindado diversas lecciones aprendidas. Estas lecciones dejan mensajes claros del impacto de estas iniciativas a diferentes escalas (local, nacional y regional). Sin embargo, desde la perspectiva de conservación y desarrollo, no hemos podido evolucionar hacia un modelo de gestión de la vida silvestre que se sobreponga a los siguientes aspectos:
- Una visión economicista donde el valor de la vida silvestre no trasciende su “precio”, ni se orienta hacia su valoración integral.
- El análisis de este recurso se realiza aislado de otros componentes sociales, económicos y ecológicos, produciendo una visión sectorial.
- El análisis conceptual se realiza en forma aislada a otras políticas que han tomado gran relevancia a nivel internacional y regional como lo es la “biodiversidad”, la conservación “in-situ” y el “ecoturismo” .
Desde la experiencia centroamericana, esta ponencia pretende defender la tesis de que bajo las condiciones apropiadas, el manejo comunitario de la vida silvestre puede coadyuvar en la satisfacción de las necesidades de desarrollo y mejora de la calidad de vida a nivel local. En el mismo sentido, puede ser una técnica complementaria a otras actividades orientadas a la conservación de la biodiversidad, como la protección de áreas protegidas y el manejo de conflictos, cuando se ha llegado a posiciones extremas producto de una visión aislada y poco integrada de la gestión ambiental. Así mismo, se pretende el desarrollo de una discusión que tienda a fortalecer conceptualmente el aporte del manejo comunitario de la vida silvestre al manejo ecosistémico.
Se retoman los doce principios fundamentales de esta nueva visión ecosistémica, que se ha expandido teóricamente a nivel internacional, y se trata de concretar en acciones muy puntuales a través de las cuales la ciencia del manejo de la vida silvestre puede aportar al desarrollo práctico. Para cada caso, se citan ejemplos concretos de manejo de vida silvestre en la región. Fundamentalmente, el manejo de la vida silvestre debería ser percibido como una forma integral de manejo del espacio, que promueva diversos beneficios a nivel local y fortalezca la participación de la sociedad civil en la conservación de los recursos naturales.
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Pablo E. Puertas, Richard E. Bodmer et al.
Una metodología participativa utilizada en los planes de manejo de fauna silvestre, nororiente peruano
Resumen:
En este documento se describe una metodología participativa para el manejo de fauna silvestre con comunidades indígenas de la etnia Cocama, situada en la Reserva Nacional Pacaya Samiria, nor-oriente del Perú. Esta metodología, viene aplicándose en el diseño y desarrollo de un plan de manejo de animales de caza integrado al manejo de los frutos de la palmera Mauritia flexuosa, así como en el caso de un plan de manejo de pesca con énfasis en Arapaima gigas.
El proceso de este plan de manejo adaptativo contiene los siguientes pasos: 1) diagnóstico, 2) diseño, 3) recopilación de información básica, 4) elaboración del plan de manejo, 5) reglamentación del plan de manejo, 6) monitoreo del proceso del plan de manejo y 7) el sostenimiento de una permanente motivación comunal mediante diálogos interactivos. Es una necesidad en la ejecución de este plan de manejo integrado, el considerar a los actores siguientes: 1) grupos o comités de manejo comunal, 2) promotores comunales, 3) secretarías de ecología y medio ambiente de las asociaciones indígenas, 4) promotores institucionales, 5) representantes de instituciones gubernamentales y 6) representantes de instituciones no gubernamentales. Ello, en un proceso de co-gestión con el propósito de garantizar una efectiva co-participación de los actores directa e indirectamente comprometidos con el recurso a manejar.
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Anders Sirén, José Machoa y Peter Hamback
Relación entre intensidad y cosecha de la cacería en una comunidad amazónica
Resumen:
Cazadores voluntarios durante años han reportado sus salida de cacería y sus presas de caza, ubicándolos en un mapa del territorio de la comunidad, dividido en 145 zonas. La intensidad de cacería medida en distancia caminada sobre unidad de superficie y tiempo difiere con un factor de 40 entre las áreas cercanas del asentamiento y las áreas más remotas. Para cada especie de caza analizamos cómo en cosecha total respectiva la eficiencia depende de la intensidad de cacería. En general, para roedores y especies pequeñas la cosecha aumenta cuando la intensidad aumenta, mientras la eficiencia cambia poco cuando la intensidad aumenta. Para animales grandes no-roedores, en cambio , tanto la cosecha como la eficiencia disminuye cuando el esfuerzo aumenta.
Esto sugiere que las poblaciones de roedores y animales pequeños son poco afectadas por la cacería, mientras poblaciones de animales grandes no-roedores son sobreexplotados en las áreas alrededor del asentamiento donde la intensidad de cacería es alta. Para algunas especies, particularmente aves de tamaño mediano, la cosecha es una función unimodal de la intensidad, la cual se asemeja a la relación teórica entre cosecha y esfuerzo según el modelo logístico de crecimiento poblacional. Este papel discute los potenciales y problemas de usar estos datos para evaluar el estado actual y el potencial de cada especie de proveer carne de forma sostenible.
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Rose Eisenberg-Wieder y Ana Landázuri-Ortiz
Actividades, experiencias y resultados del taller "La investigación acción participativa en el manejo de recursos naturales"
Resumen:
Los problemas ambientales se generan por la lentitud en la evolución del saber ambiental y por dificultades en la interacción humana. Por ello, desde Tibilisi (1972) se ha promovido a la investigación acción participativa (IAP) como metodología para promover conciencia colectiva, responsable, critica y activa. La formación ambiental implica actualización en manejo de habilidades y técnicas para resolver los conflictos grupales que surjan durante la investigación ambiental. El objetivo fue analizar los procesos grupales internos durante la formación ambiental interprofesional, para identificar factores que obstaculizan o mejoran los aspectos teórico-metodológicos, humanísticos y técnicos que busquen resolver problemas de salud ambiental en entornos naturales, construidos o sociales.
Desde enero del 2000, se conforma en la ENEPI un grupo interprofesional que realiza seminarios semanales de 5 hrs., bajo el enfoque cualitativo-fenomenológico de la IAP y del método Feldenkrais en su variedad de Autoconciencia por el Movimiento (ATM). Se realiza una bitácora por sesión para registrar sus procesos grupales y actividades en torno a análisis de proyectos de investigación, intercambio de aportes teórico-metodológicos y prácticas de ATM. El grupo consta de 16 mujeres (26 a 62 años), provenientes del campo de las ciencias naturales, de la salud y socioeducativas, desde pasantes, técnicos hasta doctorados.
En los resultados teórico-metodológicos se describe cómo se construyó conjuntamente una guía para sistematizar el análisis de las bitácoras e identificar logros, aportes o dificultades semánticas, metodológicas, psicocorporales, afectivas, técnicas, cognoscitivas, teóricas, etc. Se explica el tipo de dificultades encontradas para asumir el compromiso que implica lo participativo en la toma de decisiones y análisis de los conflictos surgidos y en la incorporación somática al proceso. En la mayoría de los casos se está dando la autogestión, la identidad y arraigo grupal, así como la tolerancia para explicar y analizar los conflictos. Se concluye que asimilar lo participativo en la IAP es lento pero firme.
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